Muy cerca de Salamanca , en plena dehesa , hotel que ha restaurado un antiguo Palacio Modernista de princpios de 1900. En el hall se aprecian las fotos de como estaba antes de la restauración y , la verdad, es que ha sido un trabajo encomiable.
Precioso edificio , decorado con mucho gusto clasico lo que le hace muy confortable. Sillones muy comodos en salas comunes amplias.
habitaciones de buen tamaño , bien decoradas, comodas y con cuartos de baños nuevos y amplios.
El servicio es un poco peculiar, pero no se puede negar que hacen lo posible para que estes a gusto y disfrutes de tu estancia.
Se echa de menos sillones mas comodos en el jardin para poder disfrutar unas vistas preciosas del campo.
El desayuno es bueno tanto en cantidad como en calidad.
Quizás su talon de Aquiles sea la cena. Su restaurante no es aconsejable , ya que es mas una comida de catering que otra cosa.
Hotel para disfrutar del silencio, de la paz, de la tranquilidad. Sirve para desconectar e intentar hacer una parada en la vida diaria.