Coqueto hotel situado en el centro de Biarritz, a escasos 2min andando del mar.
No hay mucha dificultad para encontrar aparcamiento.
Maravillosa acogida por parte del personal del hotel. La chica que estaba de noche, y llegamos tarde, llamó a un montón de Rest. hasta que nos encontró uno donde nos dieran de cenar.
Sorprendente habitación, de estilo moderno, grande, espaciosa, limpia, elegante, toda en blanco, suelo de madera, tv LCD. Un bonito baño de diseño, eso sí, con el retrete separado(estamos en la France)
Una fabulosa terraza donde poder tomar el desayuno (si el tiempo lo permite).
Fantástico desayuno, no mucha variedad, pero todo de calidad. Panes, croissants, cafés, infusiones, pastel basque (que rico!), quesos, mermeladas, huevos...
El personal de día siguen siendo ENCANTADORES!!! una gozada.
pasamos una noche antes de emprender camino a Sauternes, Margaux, Saint-Émilion... todavía no sabíamos lo que nos esperaba en los próximos días... la locura!!!
altamente recomendable
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