El hotel boutique Les Clarisses**** es un edificio histórico construido en el siglo XVII, enclavado en la muralla de Pere III y ubicado en la plaza de la Malla, en el núcleo histórico de Vic. Hasta los años cuarenta fue la antigua casa señorial de los Espona y posteriormente el convento de Santa Clara.

El año 2010 se rehabilitó el edificio totalmente, pero conservando los elementos de interés y teniendo en cuenta las características de la casa señorial de los Espona, cuidando la recuperación de los elementos arquitectónicos de la antigua construcción y adaptando el edificio al uso actual.

El jardín de Les Clarisses está catalogado y forma parte del Patrimonio del centro histórico de Vic. Es el único que se mantiene en la Muralla de Vic. Presenta la forma de jardín colgante, sostenido por la muralla de Pere III, convertida en un muro de contención.

Reservamos una habitación doble superior con terraza. La habitación es amplia, aunque en la terraza interior sin vistas apenas cabe una mesa y dos sillas, y la decoración es sumamente austera. El baño es muy amplio, pero a la llegada tan solo encontramos las toallas, un secador de pelo y un bote de champú, que ni siquiera era como los del hotel. Tuvimos que pedir en recepción que al menos nos pusieran unos vasos para enjuagarnos la boca después de lavarnos los dientes.

Personal amable sin más. El hotel estaba casi vacío y no vimos apenas personal. El bar no llevaba la persona de recepción.

La ubicación está muy bien, salvo por tener que aparcar el coche a varios minutos del hotel, ya que es imposible acceder en coche.

El precio es por persona y noche.