Hotel muy reciente casi en la arena de playa (cruzar el paseo) en la tranquila parte sur de la población y a un bonito paseo por la orilla (30 minutos del centro) entre gente haciendo ejercicio con una bonita perspectiva, casi una postal, de la costa mediterránea.

Unas escalinatas dan acceso al hall donde te recibe el personal vestido entre hippy deportivo y masajista, para pasar por delante del DJ que marca a música ambiental, y llegar a recepción que tiene más aspecto de recepción de spa que de hotel académico. Muy buen ambiente.

Buenos salones y gran spa en el sótano. Gente muy jóven vestidos de forma informal, con profesionalidad en su trabajo y sonrisa Disney. El hall queda un poco complicado por la presencia de columnas decoradas. Muchos cuadros interesantes que decora un todo elegante que inspira paz y tranquilidad.

Desayuno de buen nivel con mucha variedad y calidad. Destaca la parte de fiambres y embutidos regionales, más pobre en quesos. Buen zumo y buen café y muchas ganas de agradar. Ese espacio se utiliza de comedor para comidas y cenas y tiene unos buenos ventanales cara al mar.

Habitaciones de tamaño medio pero muy aprovechados los espacios. Lavabo y mesa de trabajo alineados con buena televisión. Ducha abierta a la habitación y WC en cuartito aparte (muy a lo francés). Amplia y cómoda cama, buen ropaje con bonita decoración y muchas almohadas para elegir. Una pequeña terraza completa el espacio que si hay suerte y da al mar, es una gozada ver amanecer con la población perfilada en el horizonte. Muchas amenities y material para spa de alborzón, zapatillas, etc.. Muchas opciones de aperitivos, colonias, vela, bebidas (incluido champagne) por supuesto con el pago consiguiente.

Un hotel de muy alto nivel con un planteamiento elegante/deportivo/informal/amable/familiar/eficaz conceptualmente diferenciador.