Este es un 4* situado muy céntrico en esta población del suroeste de Inglaterra, famosa sobre todo por su catedral. El hall es grande, punto desangelado, y la cafetería-comedor le da un punto de calidez. Mi habitación estaba en el 1er piso y era amplia, cama cómoda y muy grande, armarios capaces, con la consabida máquina de calentar agua de cortesía, bien dotada de café,té, cacao,etc,...caja de seguridad fácil de usar, TV pantalla plana tamaño grande. El baño independiente y bien puesto, con ducha de manejo sencillo y eficaz.
Mención aparte el tema de la climatización. Por lo que deduzco (2ª estancia en Gran Bretaña el 2015) hay quitado todos los radiadores de las habitaciones y fían la temperatura al aparato de aire acondicionado. Cuando entras está fijo a 18º y tarda un rato en alcanzar la temperatura óptima por lo que al principio pasas frío. Lo mismo puedo decir de las zonas comunes, pasé frío en todas. O yo soy muy friolero o los ingleses están acostumbrados a las bajas temperaturas, o las 2 cosas, el hecho es que en los hoteles de las Islas necesitas llevar jersey en los interiores. Además por l anoche no puedes quitar el aire y eso para las mucosas es fatal.
Desayuno tipo bufé bien servido y atendido, abundante y rico.
El hotel dispone de gimansio y piscina pero no puede hacer uso de ninguna de las 2 por tema de agenda.
Trámites de entrada y salida sencillos, personal competente y tuve al suerte de contactar en Recepción con una chica latinoamericana amabilísima que me facilitó mucho los trámites.
Hice una cena en el hotel y sobre la gastronomía de allí ya sabéis mi negativa opinión.
El tema de la temperatura baja mi valoración.