Hotel-Iglú

Glasgow es mucho más frío que Tarragona, ¡dónde vas a parar!, y además hay mucha nieve y hielo. Cuando llegué al hotel me extrañó que en el hall hacía bastante frío, pero lo achaqué a la cercanía de recepción con la puerta giratoria de entrada. Trámites de entrada sencillos, personal del bar amable y a la habitación a descansar que llegar hasta allí no es fácil, las combinaciones de avión son fatales.
La habitación era amplia y acogedora, bien amueblada, buen armario, luces sencillas,...el problema es que lindaba con el jardín y la nieve y estaba congelada, no fría no, congelada. Me fijé que no había radiadores en el cuarto, se notaba los habían retirado porque todavía estaban los apliques; un cartelito informaba del uso del aire acondicionado y la necesidad de dejar transcurrir 15-20 minutos para conseguir la temperatura seleccionada. Lo puse a 25 grados con la idea de bajarlo luego a 20-21 y así pasar una confortable noche. A la media hora sólo salía aire frío.
Iba con 3 acompañantes y sus respectivos aparatos de aire también estaban estropeados, hecha la reclamación correspondiente nos informan lo sienten mucho, el hotel está lleno y hasta el día siguiente no se pude cambiar de cuarto,...
Convertí mi cama en un iglú, dormí vestido y en cuanto abrió el comedor me fui a desayunar no tanto por la comida como por estar un poco calentito.
Afortunadamente la 2ª noche ya lo fue en condiciones normales.
Adminículos de aseo ausentes.
Desayuno correcto y, eso sí, personal competente y servicial.
Queda a unos 30 minutos en coche del centro de la ciudad y me parece difícil que no supieran los aparatos de aire estaban estropeados por lo que no es de recibo nos alojaran allí, siendo que la cadena tiene más establecimientos por la zona. Hacía muchos años que no pasaba tanto frío...
En la valoración pongo Lamentable el capítulo instalaciones pero en Servicio al Cliente valoro la atención de camareros y demás que fue buena.