Ocupa una antigua masía rehabilitada del siglo XIX a 30 minutos de la Costa Blanca. Una antigua bodega transformada en salón de eventos, un restaurante con cocina tradicional mediterránea, zonas chill interiores/exteriores y un buen spa son alicientes añadidos al propio alojamiento.
En los alrededores solo hay campo (y buenas viñas para uvas de consumo) por lo que es para estar y quedarte allí. Nada de paseos después de cenar.
Las habitaciones son espaciosas, cómoda mesa de trabajo, televisión se queda pequeña desde la cama, armario suficiente, baño nuevo sin bidet y casi si complementos, cama cómoda y bien vestida, buena ducha. Aun así la sensación en la habitación es algo fría, poco acogedora quizás por los colores de la pintura.
Aparcamiento gratuito dentro del complejo hotelero con zonas de tierra que si llueve serán problema porque tampoco hay limpiazapatos.
Desayuno, en el propio comedor, ambiente familiar, poco de caliente y resto de productos correctos sin más; buen café y zumo de naranja natural.
Restaurante para comer con cocina correcta: https://www.verema.com/restaurantes/74761-romana-alicante-romana#ficha