Iba a poner relajada pero con el peligro que suponen las miles de bicicletas que surcan sus calles pues no lo pongo, otros adjetivos son preciosa, libre, juvenil,...todos esos sí que pueden adjudicarse a esta ciudad. El hotel está justo enfrente de unos de los puentes que da acceso al centro, situación inmejorable y muy cercana a los grandes museos, sobre todo el recién renovado Rijksmuseum.
En la mejor tradición de los Marriott habitaciones amplias, muy cómodas, de grandes y mullidas camas y almohadas, baño un poco pequeño pero bien dotado, con bañera y buena cortina de ducha, nada que ver con esas horribles y escasas mamparas que dejan salirse toda el agua, materiales nobles y grifería de calidad, el chorro de agua del lavabo un poco escaso, no el de la ducha, fácil de usar.
TV bien, mi mando iba muy mal pero me lo cambiaron sin problema alguno en recepción.
Iluminación del cuarto estupenda, armario correcto, con tabla de planchar, plancha, caja fuerte muy sencilla de utilización, colgadores suficientes,...utensilios para hacerse té o café...
Las zonas comunes están bien, sin pasarse, son un poco pequeñas, pero tienes a disposición limonada en grandes jarras, muy del gusto americano.
Los trámites de entrada y salida muy rápidos y el personal de recepción amable.
El desayuno tipo bufé fenomenal, de todo en cantidad y calidad, puedes pedir expreso o chocolate sin problema. ADemás gran parte del personal de cafetería es latinoamericano con lo que hoy dificultad alguna para entenderse.
Como anécdota saludé en castellano a personal de planta y una de ellas era una valenciana muy simpática que había emigrado hacía poco tiempo en busca de mejores perspectivas que las que hoy en día ofrece nuestra España, ojalá tenga suerte.
En resumen, un muy buen hotel de 5*perfecto para visitar Amsterdam.