No hay Chimay mala!

A la vista se presenta de color ámbar pálido de apariencia turbia con espuma blanca luminosa, de aspecto jabonoso, bastante abundante pero de persistencia media, quedando el copete hasta el final.

En nariz aparece la cebada, tostados suaves, levaduras, aromas a frutas blancas, tal vez diría que manzana. También paja mojada, sutiles cítricos y un fondo lupulizado.

En boca muestra un cuerpo medio, muy equilibrada y con carbónico muy bien integrado. Secuencia muy chula que comienza con una entrada sutilmente dulzona a la par que ácida, de muy corta duración, para dar paso a un "in crescendo" de amargos, protagonizados por el lúpulo, que resultan elegantes y nada molestos sin llegar a ser muy persistentes.

Adquirida en el Mercado Central de Valencia por 1,86 €.

Nuevamente las Chimay cumplen mis expectativas. Una variedad más suave pero no por ello deja de ofrecer intensos sabores y un resultado muy agradable.