Nacimiento y fundación de las bodegas
Emina, que significa en latín amada, nace del espíritu innovador de Carlos Moro y su afán por elaborar nuevos tipos de vinos en dos de las zonas vitivinícolas más importantes de su tierra: Castilla y León. Este empresario de reconocido prestigio en el mundo del vino comenzó a dibujar el alma de Emina a finales de los años 90 y, en 2005, levantó el moderno edificio ‘Emina Ribera’ junto al histórico monasterio de Santa María de Valbuena, a orillas del río Duero. Se trata de un enclave privilegiado en plena Milla de Oro de la Ribera del Duero que, junto a una original propuesta de visitas, es capaz de satisfacer las expectativas más exigentes de los amantes del enoturismo. De hecho, la Asociación Española de Ciudades del Vino (ACEVIN) la nombró en 2018 Mejor Bodega Abierta al Turismo.
Hemina, con ‘h’, era la medida límite de vino que tenían los monjes para beber al día. Carlos Moro recoge esta palabra que, junto con su significado en latín amada, pretende reflejar su pasión por el mundo del vino, su respeto por la cultura y por nuestros antepasados, pero con una visión innovadora.
Los viñedos de Emina Ribera del Duero
Se ubican en unas zonas idóneas para el cultivo de la vid por las características del terreno, el clima y la adaptación de las variedades autóctonas a dichos suelos. Viñas Rosas, La Cabaña, Valdelacasa, Hermano Diego, El Tomillar, El Horno, Valuenga, Los Apriscos, La Hinojera o Vermilion son algunos de los viñedos que posee Emina en las localidades de Valbuena de Duero, Olivares de Duero o Pesquera de Duero, todos en la conocida y antes mencionada Milla de Oro de la Ribera del Duero ya que es donde se concentran las bodegas más afamadas de la zona.
Las bodegas
El visitante que se acerque a Bodega Emina podrá disfrutar de un entorno único y especial. Un jardín de variedades de uva da la bienvenida a un edificio singular, de gran valor arquitectónico, e integrado en el paisaje y cuyo interior gira alrededor de un patio central que nutre de luz natural a todas las estancias de la bodega. Además de ser la sede de Bodegas Familiares Matarromera, alberga la Bodega-Museo del Vino Emina. Otro jardín de variedades de uva blanca y de olivos preside el complejo de Emina Rueda, caracterizado también por su diseño moderno alberga las últimas tecnologías para la elaboración de excelentes vinos.
Los vinos Emina
Vinos tintos
Emina Pasión. 100% tempranillo (D.O. Ribera del Duero). Mínimo cuatro meses en barrica de roble americano. Color rojo brillante con ribetes violáceos. En nariz, olores a frutas del bosque como cereza, moras y grosella y toques de regaliz. Al oxigenar el vino aparecen olores torrefactos y tofee de su tiempo en barrica. En boca, se sienten los taninos dulces que van aumentando según su paso y quejan un final cremoso.
Emina Crianza. 100% Tempranillo. (D.O. Ribera del Duero). 12 meses en barrica y 12 meses en botella. Color cereza intenso con reflejos púrpuras brillantes. En nariz es muy complejo con notas de confitura de moras y ciruelas. Al oxigenar el vino comienzan a aparecer fondos tostados y nuez moscada, con ligero toque de tinta china. En boca es suave pero potente, especiado, de taninos maduros y retrogusto de frutas.
Emina Reserva. 100% Tempranillo. (D.O. Ribera del Duero). 16 meses en barrica de roble francés. Capa alta de color guinda brillante. En nariz, frutas rojas y negras del bosque. Al oxigenar, notas a tabaco y cacao que se mezclan con cuero y regaliz. En boca, los taninos dulces cubren toda la boca y en el fondo vuelven a salir los frutos del bosque que dejan paso a la parte especiada.
Emina Atio. Tempranillo. (D.O. Ribera del Duero). 18 meses en barricas de roble francés y 16 meses en botella. Rojo picota muy intenso y profundo. Capa muy alta. Los primeros aromas son de fruta negra, seguido por cremosas y golosas notas especiadas. Al oxigenar el vino, van apareciendo los cacaos, ahumados y tostados de su paso por barrica. Al fondo se encuentran también olores minerales. En boca, los sabores carnosos con taninos dulces llenan la boca y dejan un rastro elegante y boscoso.
Vinos Rosados
Emina Rosé. Parcela caliza en Quintanilla de Trigueros, conocida como el Terrón Blanco. Este viñedo plantado en espaldera favorece la lenta maduración de la uva. Esto, unido a una vendimia temprana, mantiene la frescura del vino rosado y contribuye al característico color del mismo. El delicado color de Emina Rosé es rosa fresa suave con reflejos azulados, limpio y brillante. En nariz, procedente de la fermentación controlada de la mezcla de variedades tintas y blancas de una fría y elevada parcela caliza, muestra inequívocas frutas de hueso, como el melocotón, así como leves toques de zarzamora entre tonos minerales y de flor blanca. Excelente equilibrio entre las sensaciones frescas de la acidez y la fase aromática que dan complejidad al vino. Resaltan los tonos de fruta de hueso y su vivo y elegante final.
Emina Rosé Prestigio. Elaborado con uvas procedentes de antiguos viñedos en vaso, este vino, es muy complejo e intenso, debido al mix de variedades de uvas tintas y blancas del que proviene. Presenta un precioso color picota de baja intensidad con bordes amoratados, muy limpio, glicérico y brillante. En nariz presenta una amplia gama de aromas de frutas del bosque, como grosella o zarzamora, así como matices herbáceos y balsámicos de tomillo y suave lavanda, con sutiles tonos minerales. Un vino rosado con gran volumen, resultado de la larga maceración en frío de la uva. Manifiesta sin embargo una acusada y viva acidez que unida a los distintos matices aromáticos que se presentan de nuevo en boca conforman un vino muy goloso y sorprendente.