Presentado en botella más estrecha y baja de lo habitual. Recuerda a algunos envases de la misma bodega usados en los años 20 por su menor volumen, inferior a 75 cl., y por la irregularidad del vidrio que no permite formar peana estable. Como en otras ocasiones en el corcho figura una fecha que no coincide con el de la etiqueta: Cosecha 1955. ¿Año del reencorche? A saber... Veamos: de color rubí marronoso de capa media-baja, claro, con bastante cantidad de precipitado que ha esmerilado de negro toda la superficie del vidrio en contacto con el vino. Reflejos cobrizos y ambarinos, poco brillo. Borde amplio, sin diferencias respecto al menisco.

Al abrir se muestra reducido y con no poca intensidad. Predominan los aromas fúngicos (múrgulas deshidratas, térreos, trufa) que van dando paso a una inagotable sesión de inspección de maderas lujosas. Brumoso, más propio del taller de un ebanista o del almacén de anticuarios. Ahumado, con idas y venidas de notas animales, cuero viejo, y un curioso punto almizclado y dulzón. Un Vega Sicilia entrado en años.

En boca es en extremo pulido. Íntegro, ligero, suavísimo, aún con vida y posibilidades de guarda pero penalizado por una cierta falta de garra que parece haber sido socavada por los años. Maduro, pácido, agradable de beber. Por constitución se asemeja más al Único del 39 que al del 36. Es complicado sacar conclusiones después de tantos años. ¿Cómo serían estos Vega Sicilia en su momento? Lo que queda claro es que no hubo ningún tipo de ensamblaje con añadas más jóvenes en el momento del reencorche.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/03/vega-sicilia-unico-1933.html