Vino color ciruela madura con destellos morados, casi opaco, capa muy alta, limpio, brillante y lágrima densisima.
En nariz con buena intensidad, en un principio, lacteos, vainillas y caramelos, apoderandose rapidamente la fruta fresca, moras y arandanos, con evolución hacia notas de café y alguna nota especiada.
El paso por boca, potente, mucha fruta, frutos rojos de grano pequeño, amplio, equilibrado, con cuerpo, sabroso, buena acidez con unos taninos maduros.
Retronasal, afrutada, ciruelas.
Posgusto, medio y bueno

Rojo-negro picota, capa alta.
Aroma inicial dominado por la madera, que al poco desaparece. Surgen entonces aromas de fruta negra, chocolate, cacao amargo, café.....fruto del intenso tostado de la barrica, supongo.
en boca, bien de cuerpo y acidez(en los vinos chilenos es una de sus carencias), fruta negra, taninos ya disfrutables pero que mejorarán(de madera) con unos meses en botella.
En su línea de nuevo mundo, es un vino bien hecho, a precio comedido.
Aunque cada vez me seducen menos los vinos de capa alta y mucha barrica de alto tostado.