Decantado con cuatro horas de antelación para que perdiese cualquier rastro de sulfhídrico. Picota con ribete violáceo, capa muy alta, ligera turbidez. Intensidad aromática alta que recuerda a montones de fruta negra (arándanos, endrinas), balsámicos, tostados ligeros, presencia muy mineral que aporta personalidad, pólvora, alguna nota dulce de vainilla. Llena la boca, posee cierta astringencia pero no pesa. Excepcional. Necesita botella

[III Enc. Verema] Magnifica expresión del potencial de la mencía, tanto en su fase visual como en la olfativa y en la gustativa. El vino muestra notable extración y una excelente madurez de la uva. Es seductor, intenso, de aspecto denso y gran complejidad. Buen recorrido, buena acidez, taninos dulces y carnosos, excelente ensamblaje.

Catado en Verema III. Otro vino sumamente personal, y que al menos del otro lado del Atlántico, fallaría en seducir a las masas (y a Dios gracias que así sea, porque evidentemente no es para éso). Es más: este sería mi vino de beber a solas.
La nariz es muy compleja, con notas yodadas, minerales, torrefactos, zarzamora en cantidades industriales pero luego recuerdos de la serie animal (orín, lana mojada) que pueden no ser del agrado de muchos. De gran volumen en boca, expresivo de su terruño con taninos pulidos y densos. Final salino y personal. No sé; yo quisiera ver la fruta estirarse un poco más entre todo ese gout de terroir. No puntúo.

Very expressive, fruity aroma, big with a certain elegance, with notes of mocha, cocoa, red and black fruit. With more airing it shows good minerals, which give it character. In the mouth, it continues to be very expressive and fruity, very pleasant and easily drunk. This is a voluptuous wine but serious, not an uncontrolled fruit bomb. With more time in the bottle, I think it will be one of Spain’s great reds. The best Mencía I’ve tried to date.

Decantado 2 horas. Precioso color picota amoratado, ribete violáceo. Brillante y luminoso. Capa alta. Opaco. Aroma de mediana intensidad pero muy profundo y muy bien integrado. Hay muchos minerales, bosque húmedo, hierbas aromáticas de monte bajo (lavanda, romero), chocolate, laurel, finísimos torrefactos y excitantes y tenues notas balsámicas. Todo bajo un delicado fondo de frutos negros (ciruelas, moras). En boca es muy seco, casi áspero, pero cálido, carnoso y sedoso. Sobrio, amplio, poderoso y con mucha presencia. Muy mineral, con moderada sensación frutal. La madera (bien integrada) aporta delicados taninos dulces y finas notas tostadas. A pesar de su carácter duro y de su tremenda estructura, la sensación principal es de complejidad, suma elegancia y equilibrio. Gran acidez. Final mineral, ligeramente frutal, con notas de hierbas aromáticas, finos tostados y algo de cacao. Muy persistente. El mismo carácter que el Bembibre pero elevado a la máxima expresión, con mayor estructura, volumen y complejidad. Evolucionará en botella, pero ahora mismo, a pesar de su carácter duro y sobrio, está divino y la botella se acaba con inusitada rapidez. Gran vino, con enorme personalidad.

Aroma muy expresivo y frutal, potente y con cierta elegancia, con notas de moka, cacao, frutos rojos y negros. Con más aire evidencia buena mineralidad que le confiere carácter. En boca continúa siendo muy expresivo y frutal, muy agradable, invita a beber. Es un vino voluptuoso pero serio, no una bombita frutal descontrolada. Con un tiempo más de botella creo que va a ser uno de los grandes tintos de España. El mejor Mencía que he probado hasta la fecha.

Rojo Picota.
En nariz es complejo y elegante: almizcle, cueros, guindas, carne macerada, pastelería.
En boca es amable y seductor, de paso firme pero suave, con una ácidez estupenda que convina con una madera muy acertada, y le da al vino una estructura de guante blanco.
Vino para acompañar una buena comida y beberse un par de botellas sin darle mayor importancia, pero dejando un recuerdo seductor.