Botella bordelesa con etiquetado típico de este vino. 

Cápsula negra con letras blancas que sale perfectamente a presión con la mano.

Cierre de corcho natural de gran calidad, largo (4,9 cm) y de buen grosor, apenas bañado en vino rojo granatoso por el interior 1-2 mm. Huele muy bien.

Sale sin problemas con sacacorchos de dos tiempos (pareciendo el corcho de un vino 3-4 años más joven).

Sacado de vinoteca a 14-15ºC. Decantada media botella para acelerar un poco su oxigenación (como recomienda en la contraetiqueta).

Abierto 60-90 minutos antes de disfrutarlo.

Servido en copa Borgoña tipo balón.

Visual

Picota-cereza de capa entre media y media-alta, ribete cereza-transparente con ligeros destellos atejados, limpio, brillante, de preciosa y abundantísima lágrima, fina, de lenta caída que cae por el cáliz de la copa.

Muy buena visual para un Crianza de casi 10 años. Corcho excelente. (9,5)

Nariz

Desde el inicio, de gran intensidad a fruta negra madura, especias dulces, poderosos tostados, potentes y finas maderas de roble americano (se perciben esas lactonas), regaliz, vainilla, coco rallado, pimienta negra, clavo de olor, balsámico-mentolados, herbáceos y abundantes notas de tabaco rubio, cacao, torrefactos, chocolate negro y un punto de toffee.

Olfativa poderosa, de notable calidez y madurez pero, a la vez, la percibo mucho menos evolucionada de lo que esperaba para un 2010, compleja y de aromas muy bien definidos. Clásico de Ribera inconfundible. (9)

Boca

Ataque potente y contundente, muy seco, con muchísima fruta negra madura, un pelín cálido y licoroso, amplio y expansivo en boca, de buena acidez todavía, densidad media-alta, volumen medio-alto, cuerpo notable y muy buena estructura. 

El paso por boca es sabroso, equilibrado, elegante, de cierta calidez que se ve compensada con la acidez de la añada y un punto balsámico-mentolado que refresca el conjunto, con taninos todavía potentes y con nervio pero, a la vez, ya bastante dulces y pulidos. Vino redondo.

El final es bastante largo, con fruta roja y negra madura amargosa, mentolados, herbáceos, especiados, con un buen fondo tostado y con sutiles notas de cacao, chocolate negro, torrefactos y tabaco rubio que lo redondean en un retrogusto y retronasal fenomenales.

Muy buena boca en un Crianza Ribera de 10 años inconfundible en su estilo. Puede gustar más o menos, pero es un vino impecable en su perfil y categoría. (9,15)

Está mucho más joven de lo que esperaba. A ciegas, pensaría que es un 2013-2014.

Muy buena RCP para lo que ofrece con casi una década. 

Frutal, denso, buena acidez, pocos matices finos, nariz juvenil, boca formada pero naif. De estos hay ya bastantes y aunque es buen vino no dice ya nada especial.

Picota de buen brillo con el menisco cereza, intensidad media alta, fluidez media con una lágrima que tiñe la copa. En nariz hay buena intensidad, suave reducción que resulta agradable, fruta roja, cerezas, algún floral, chocolate, tostados, suaves especiados, vainilla e incluso un toque calizo. Me ha parecido una nariz compleja y equilibrada. En boca tiene un peso medio, es fresco, con un tanino maduro y con buena textura, alcohol integrado. Retronasal bueno, especiados, tostado y con recuerdo a cerezas. Buena longitud, fresso y con un suave deje amargo.

Ha evolucionado muy bien durante los tres días siguientes a su descorche.
Interesante nivel el que se mantiene con este crianza a pesar de su gran producción. Tiene su mérito.

Protos 2010 añada de calidad. Un vino a tener en cuenta por a versatilidad en la mesa. Equilibrio, fruta, crianza y comportamiento de buena madurz son sus señas de identidad y las que nos hace confiar en esta bodega con altas producciones y que recupera su personalidad. Desde su pueta en escena en el mercado se muestra agradable en boca y sobre todo disfrutable.