Aunque ya ha pasado mucho tiempo después de haber visitado este magnífico restaurante, diecen que más vale tarde que nunca. Pues eso.....En nuestra visita elegimos el menú degustación y resultó ser todo un éxito. Se sucedieron toda una serie de platos de perfecta factura y maestría, servidos por un personal muy profesional y atento. La calidad, la elaboración, la presentación, etc, siguen una línea de tremenda profesionalidad y acierto.
El resturant ocupa un ángulo (de ahí, creo, el nombre del restaurant) del supermoderno hotel levantado al lado del bellísimo Monestir de Sant. Benet, que por cierto, recomiendo no dejéis de visitar como preludio a un inolvidable ágape.

Sensacional comida la que he degustado hoy, en este restaurante con mas que merecida estrella Michelin.
Personal muy agradable y atento. Presentacion de los platos soberbia con numerosos "complementos" en varios platos, que hacen la comida mas amena y variada. Local muy agradable con decoracion minimalista, elegante y grandes ventanales con vistas campestres.
El menu gastronomico es excelente y ni el mas "tragon" quedara con hambre. Buen servicio de vino con copas Riedel.
Siendo muy quisquilloso, la carta de vinos es un poco corta, aunque tiene entradas interesantes, no tienen carta de licores (pero te orientan) y (aunque suene raro) algunos cubiertos eran un poco incomodos.
En general, recomendable al 100%.

Animado por los buenos comentarios de algunos foreros de confianza (Khansen, Bernie...) y viviendo a 5 minutos de este magnífico restaurante me decidí a probar la cocina del estrellado Jordi Cruz. Y seguramente no será la última vez que vaya. Nos decidimos por el menú corto (10 platos). El nivel general me pareció muy bueno, excelente materia prima, cocciones al punto, sabores intensos... en fin, una pasada. Paso a comentar los platos que más me llamaron la atención.

- Garibaldi: granizado de naranja, cerezas y espuma de bitter y campari. Muy buena combinación, para ir abriendo apetito (aunque mucha falta no hacía, jeje).
- Esfera de falsa yema de huevo con ibéricos, jamón, cansalada, migas de sobrasada: fue el plato que más nos gustó. Una explosión de sabores y texturas brutal.
- Arroz de quesos y nueces con camisa de trufa: el arroz iba envuelto en láminas de trufa i acompañado por una crema de queso. Me hubiera comido una paella entera, lástima que la ración fuera pequeñita.
- Paletilla de cordero con setas, crema de patata y cremoso suave de ajo: sabor intenso de la paletilla que combinaba perfectamente con la suave crema de patata.
- Texturas de chocolate con regaliz, café y toffee: que la maridamos con una cerveza negra italiana. Creo que es la vez que más bien he entendido qué es eso del maridaje de que tanto hablamos a veces en este foro. De hecho el sumiller nos explicó que el postre estaba hecho pensando en la cerveza. Realmente una combinación perfecta!

Para beber nos pedimos una botella de cava Recaredo brut nature gran reserva 2005. Yo me pedí una copita de Chateau Dereszla 3 puttonyos para el primer postre (uva, lichis y jazmín). Y finalmente un GT (Bulldog+Fentimans), como no, para acabar una cena como dios manda.

Como fallo comentar que no les quedaba café descafeinado de máquina, pero bueno, se perdona en vista del resultado general de la cena.

El servicio muy amable, atento a cualquier cosa pero sin agobiar. Explicación de cada uno de los platos y recomendaciones para tomar algunos de ellos. Muy agradables, de verdad. Buenas copas (Riedel) y buen servicio del vino. Carta quizás un poco justa para un restaurante de su nivel.

En resumen, que estoy esperando a volver un día para probar el menú largo o a probar platos de la carta. En fin, una muy buena opción por la zona. Por cierto, el precio del menú sin vinos és de 70 € más iva.

Un gran descubrimiento, por el poco tiempo que lleva en funcionamiento, me ha sorprendido muy gratamente. Escogimos el menú degustación corto, para la cena suficiente. Platos equilibrados, innovadores, respetando el producto de calidad y origen. Excelentes huevos trufados, todos los platos resultaron acertados y algunos sorprendentes, postres muy logrados. Tomamos un vino de la zona, un Abadal 3.9, muy bien recomendado.
Excelente servicio amable y discreto. Local muy conseguido y confortable. Excelente preparación de gintonics posteriores, en este apartado sólo un pequeño pero debido a su escasez de carta de ginebras.
En definitiva, una opción muy recomendable y con una excelente RCP.

Despues de la descomunal nevada, fuimos a visitar a Jordi Cruz en su nueva ubicación. Me parede que lleva casi dos años en el complejo de Món Sant Benet. La nuestra era la única mesa ocupada de un local magnifico, con unas vistas sobre Navarcles con el paisaje completamente nevado.
Atención superpersonalizada, amable y sabiendo estar en su sitio. De aquellas que estan pero no se notan. Es de agradecer.

Escogimos el menu corto, de diez platos. Bastante equilibrado, aunque quizás haya un cierto abuso de los caldos con espumas.

Acompañamos la comida con un blanco, el Cristiari 2008 y un tinto, el Finca Malaveina 2.005 que cumplieron perfectamente su función

De todos los platos destacaria tres por sobre de un buen nivel.

Unos ñoquis de bacalao con su caldito. Me encantaron.
Una mini calçotada con minicalçots, una cigala gigante y una patatas "ratté" a la crema, con su romesco. Original presentación, potente sabor a leña y para terminarla con un caldito hecho de las cabezas de las cigalas y tropetas de la muerte.
Una "royal" de ternera potente y sabrosa.

Me sorprendio gratamente un postre de chocolate que lo maridamos con una cerveza negra italiana con sabort a regaliz. Fantástica combinación.

Un pero, no me habia ocurrido nunca. La cuberteria , muy moderna, hace de mal coger y hasta alguna pieza te resbala entre los dedos.

No valoro precio pues fui de invitado.

EXCELENTE! Este restaurante ubicado justo al lado de Fundacion Alicia no se merece otro adjetivo. Realmente es increible lo de este Sr. Cruz... capacidad para sorprender no le falta. Tomamos el menú largo, casi 16 platos, 2h30min de servicio impecable y a cada plato ua nueva sorpresa. Solamente cabe decir que se abusa un poquito de la tecnologia y se deja un poco de lado la cocina más tradicional. A destacar las mini butifarras, el foie y el pescado. Más flojo el arroz... Merece la pena el viaje! Felicidades!

Hacia tiempo que teníamos ganas de visitar el nuevo restaurante de Jordi Cruz, y por fin el viernes pasado nos decidimos a hacer una excursión a Mont San Benet (en sant fruitos del bages)

Hay que reconocer que el local es impresionante pero a mi en general el restaurante no acabó de convencerme, sin ninguna duda el menú degustación fue un paseo de sensaciones, un autentico lujo, pero aún así la percepción en general fue de frialdad, supongo que es un poco de todo, la gran separación entre las mesas en un espacio tan amplio y el trato tan sumamente cordial hace que se cree una gran distancia.
El hecho de visitarlo de noche también influyó imagino que de día el ambiente debe cambiar bastante....

Tiene dos menús degustacion, el corto de 68 eur y el largo 90 eur (creo recordar)
Nos decidimos por el corto, que de corto nada ya que eran 12 platos, imposible escoger entre ellos ya que el menu es un autentico festival, empezando por el Gin tonic con manzana, pepino y jengibre siguiendo con la coca (focaccia) con simples champiñones con gelatina de trufa acompañado de un chupito de champiñones con aire de avellana y buenisima también la espaldita de cabrito cocida a baja temperatura.
Tomamos un Gramona suavignon blanc.

Lo mejor para opinar de un restaurante es visitarlo,así que si eres un amante de la gastronomía hacer una parada en angle es una buena opción, no se puede poner peros a su cocina

Ya es la segunda vez que me escapo a Sant Benet del Bages sólo para darme el placer de engrandecer los sentidos sápidos de mi ser. Tecnoemoción es la palabra que define el sentimiento que desencadena el menú de degustación: típico en mis visitas, que ofrece éste joven chef de Manresa. El menú empieza con un cóctel algo gomoso pero bueno, lo mejor la ostra con manzana y salicornia, el foie con oporto y pera, y genial la interpretación de un platillo: un guiso de bacalao con almejas y esferas de alcachofas, otro a destacar el melón con yogur y lima... sólo recordar este manjar sólo se que ocurre volver a ir pero ya se sabe todo lo bueno y conocido es caro. Salimos a 115 euros por barba, éramos 4. Tomamos un Pago de los Capellanes, un capellania y luego unos gintònic muy buenos. Felicidades a todos los de la sala! Estuvieron estupendos y se agradece la visita de cortesia de Jordi.

No diré que fue impresionante, porque cosas que realmente impresionen ya hay pocas, pero disfruté muchísimo comiendo en Angle, que es de lo que se trata. El menú largo es una sucesión continua de muy buenos platos (estuvimos unas 4 horas y media en Angle), aunque quizás algo excesivo, ya que las raciones no son pequeñas. Como he dicho, un continuo disfrute: gin tonic, vieira, pulpo, ostra, foie, rape, cochinillo…Quizás lo más flojito, el rape, y los precios de los vinos, un poco exagerados. Buen servicio y entorno precioso, con vistas al monasterio de Sant Benet. No puedo poner peros, una buena combinación de producto (sin enmascarar) y creatividad sin extravagancias.

Es éste un restaurante de esos pocos que reúnen todas las cualidades para poder afirmar que estamos ante un excepcional lugar de deleite gastronómico.
La sala es espaciosa, luminosa, moderna y la separación entre mesas es más que generosa, además no está permitido fumar, detalle que se agradece hasta el infinito ( ya estoy realmente harto de acudir a restaurantes en los que se esfuerzan por ofrecer una propuesta culinaria de calidad y después permiten que algunos comensales, irrespetuosos bajo mi punto de vista con el resto de ocupantes de la sala que no fumamos, nos "ahumen" todos los platos y nos impregnen de tan desagradable olor).
El cheff Jordi Cruz es un gran cocinero que practica una coquinaria de una enorme calidad con elaboraciones nítidas, sabrosas y sin enmascaramientos superfluos. El producto utilizado en su cocina es exquisito.
El personal de sala es atento, eficaz, profesional y cordial ( cosa que muchas veces no se encuentra en este tipo de restaurantes).
En definitiva un maravilloso lugar que justifica las 5 ocasiones en las que hemos asistido para disfrutar de las sensaciones vividas allí.