Paisaje idilico

Despues de la descomunal nevada, fuimos a visitar a Jordi Cruz en su nueva ubicación. Me parede que lleva casi dos años en el complejo de Món Sant Benet. La nuestra era la única mesa ocupada de un local magnifico, con unas vistas sobre Navarcles con el paisaje completamente nevado.
Atención superpersonalizada, amable y sabiendo estar en su sitio. De aquellas que estan pero no se notan. Es de agradecer.

Escogimos el menu corto, de diez platos. Bastante equilibrado, aunque quizás haya un cierto abuso de los caldos con espumas.

Acompañamos la comida con un blanco, el Cristiari 2008 y un tinto, el Finca Malaveina 2.005 que cumplieron perfectamente su función

De todos los platos destacaria tres por sobre de un buen nivel.

Unos ñoquis de bacalao con su caldito. Me encantaron.
Una mini calçotada con minicalçots, una cigala gigante y una patatas "ratté" a la crema, con su romesco. Original presentación, potente sabor a leña y para terminarla con un caldito hecho de las cabezas de las cigalas y tropetas de la muerte.
Una "royal" de ternera potente y sabrosa.

Me sorprendio gratamente un postre de chocolate que lo maridamos con una cerveza negra italiana con sabort a regaliz. Fantástica combinación.

Un pero, no me habia ocurrido nunca. La cuberteria , muy moderna, hace de mal coger y hasta alguna pieza te resbala entre los dedos.

No valoro precio pues fui de invitado.

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