¿Nos estamos acostumbrando a un mal servicio en los restaurantes?

Se han tratado tantos aspectos dentro de este hilo que voy a intentar dar mi punto de vista personal para integrar todos los aspectos. 

Personalmente odio a los camareros pesados hasta tal punto que pueden hacerme no volver al local en una larga temporada. Por ejemplo, hace unos días comí en un restaurante de Denia, "La Cuarentena", y sin entrar a valorar la comida y el precio os aseguro que no repetiré por las dos camareras. Una, la que principalmente atendió nuestra mesa, parecía perdonarte la vida cada vez que hablabas con ellas, hasta tal punto de poner malas caras; esta misma chica dejaba caer los platos sobre en la mesa, todo ello intercalando lo que para ella serían "buenas caras". La otra, menos arisca que la anterior, se dedicaba a cantarle a las mesas; teníamos a nuestro lado una pareja de extranjeros a los que no paraba de cantarles y cuando vino a nuestra mesa y se puso a cantar, nuestra reacción fue mirarle con cara de extrañados, la suya fue entonar "I'm crazy crazy crazyyy... es que me gusta cantar". En cuanto pudimos pagamos y echamos a correr. Por otra parte, los camareros que se pasan de estirados tampoco son de mi agrado. Muchos parecen evaluarte cada vez que entablas conversación con ellos.

Creo que la base del problema es la falta de educación de los profesionales de sala. Queda claro que según el local el trato debe ser uno u otro, es decir, en un bar de tapas no vas a tener al camarero detrás esperando a rellenarte la copa de vino o explicándote todos y cada uno de los ingredientes del plato que te está sirviendo; pero eso sí, se debe tener educación ante todo, al igual que la tienen los profesionales de otros sectores. Pienso concienzudamente que el efecto que produce un buen camarero en el cliente es una alta tasa de retorno a su restaurante. Que entres y te diga "buenas tardes" por ejemplo ya es síntoma de que se preocupan por ti, de que te va a tratar como alguien especial y no como un cliente más. Yo creo que la clave es hacer sentir cómodo al cliente, saber adaptarse a cada uno para captar esos detalles que pueden acabar molestando o gustando al cliente.

La nacionalidad me parece independiente a la profesionalidad, por ejemplo ¿no hay grandes médicos sudamericanos? ¿y grandes programadores y analistas web indios? Para encontrar un perfil apto para desempeñar la función de jefe de sala o camarero no se debería tener en mayor consideración el aspecto anterior en detrimento de otras características. En mi opinión veo esencial que los camareros o los jefes de sala sepan que pasa en su restaurante (que no les preguntes sobre algo y tenga que ir a preguntar constantemente a su superior), además esto hace que se sientan parte del equipo. Los grandes cocineros siempre alaban al equipo y el trabajo del mismo porque se trabaja con la conciencia de ser todos uno.

Para mí, un buen ejemplo de correcto profesional de sala  es Vicente del restaurante "El Racó del Turia": atento, cordial, educado y sabe cómo tratar al cliente.

Un saludo, Máximo.