Por dos veces hemos probado en los últimos meses el tradicional queso alpino Sbrinz AOC (Canton Uri), afinado por el maestro suizo Rolf Beeler. Elaborado con leche cruda de vaca y curación de al menos 36 meses. Sus elaboradores afirman que el italiano Parmiggiano Reggiano procede del suizo Sbrinz. Pasta dura y quebradiza, de color amarillo viejo y con cristales de tirosina bien visibles. En boca, seco y granuloso, con fondo de mantequilla y poco más. Ni siquiera es capaz de mantener sensaciones prolongadas en boca. No nos resultó tan complejo como anuncian, intentando mantener distancias con el salino Parmigiano Reggiano alegando un bouquet más aromático y especiado. Tal vez para rallar o cortado en lascas muy finas acompañando alguna ensalada. En taquitos, de ninguna manera. Lo maridamos con una cerveza Ale de Abadía rubia: Affligem Triple.