Cata de clausura de la Experiencia Verema: los vinos de la D.O. Valencia
Cata de clausura de la Experiencia Verema: los vinos de la D.O. Valencia
Después de un intenso fin de semana el colofón de la Experiencia Verema llegó de la mano de una multitudinaria cata de vinos de la D.O. Valencia con el título “El Potencial de variedades autóctonas y terruños de la DO Valencia”. Con un público de más de 200 personas la cata contó con la presencia de Cosme Gutiérrez, Presidente del Consejo Regulador de la DO Valencia, fue presentada por Salvador Manjón (Director de la Semana Vitivinícola), dirigida por Pedro Ballesteros MW, el único Master of Wine español, y contó con la colaboración del sumiller Maximiliano Bao (Nariz de Oro 2005) y de mi mismo, en representación del equipo de Verema.com.
El objetivo de la cata era poner en valor las variedades autóctonas de la zona y ligarlas con las diferentes subzonas que acoge la denominación. Para ellos se eligieron vinos elaborados con las variedades blancas merseguera, macabeo, moscatel de Alejandría y verdil y con las tintas, monastrell, garnacha tintorera, forcallat (o forcallà) y mandó. Los vinos procedentes de las cuatro subzonas de la denominación: Alto Turia, Valentino, Moscatel de Valencia y Clariano.
Reflejando también la diversidad en los tipos de vinos elaborados, se cataron cuatro vinos blancos secos (uno de ellos espumoso), seis tintos y tres dulces. Dos de ellos blancos y el último tinto.
Echando la mirada atrás…
La historia del vino en Valencia viene de muy atrás en el tiempo y de hecho los primeros vestigios arqueológicos relacionados con el vino son del siglo VII antes de Cristo, concretamente del poblado ibérico de Benimaquia, en Denia. La historia moderna, no bastante, y al igual que en muchas otras zonas de España tiene como referencia la crisis de la filoxera y las necesidades de vino que surgen en Francia como consecuencia de la plaga. Siendo la naturaleza generosa, la zona se especializó en vinos de pasto, elevados en grado y en color y el puerto de Valencia se constituyó como uno de los referentes en materia de exportación de vinos en España. Bastante tiempo debió transcurrir para que los elaboradores comenzaran a buscar algo más allá de la exportación de vinos a granel para ser mezclados y prueba de ello la encontramos en la constitución en 1957 del Consejo Regulador de Vinos de la Denominación de Origen Protegida Valencia que nace con el objetivo central de garantizar el origen y la calidad de los vinos que ampara, encargándose del control de la producción, de la promoción y difusión de los vinos de la zona y de la defensa de los intereses de más de 80 empresas y casi 12.000 viticultores a él acogidos.
El proceso de cambio fue lento y laborioso. Comenta el profesor Juan Piqueras que allá por 1980 apenas media docena de bodegas embotellaban vinos con marca mientras que con la llegada del siglo XXI ya había más de 70 bodegas embotellando sus vinos con marca. Ha sido clave en este proceso de modernización la aparición de una serie de bodegas de iniciativa privada empeñadas en revolver las entrañas de un sector algo anquilosado y muy condicionado por una tradición en la que la calidad se medía casi exclusivamente con grado y color. También ha sido esencial el tirón de una pocas cooperativas que han sido capaces de imponer a su esquema de funcionamiento, habitualmente poco proclive a las elaboraciones con alto valor añadido, nuevas dinámicas en las que la elaboración de vinos Premium paso de ser una utopía a una realidad. En ese sentido Pedro Ballesteros valoró el esfuerzo de muchos de estos elaboradores y concluyó que la senda emprendida era la correcta y los resultados comenzaban a ser visibles.
Los vinos de la cata
Laderas blanco, de Bodegas Villar
Subzona: Valentino
Enóloga: Marta Martínez Gallarte
Variedades: Merseguera y Macabeo
Llanos Titaguas, de la Coop. Santa Bárbara
Subzona: Alto Turia
Enóloga: Fina Roser Rodríguez
Variedad: Merseguera
Blanc d’Enguera, de Bodegas Enguera
Subzona: Clariano
Enólogo: Diego Fernández Pons
Variedad: Verdil 85%
Reymos 1918, de Bodegas Reymos- Anecoop
Subzona: Moscatel
Enólogo: Fernando Tarín Casadó
Variedad: Moscatel de Alejandría
Forcalla, de Rafa Cambra
Subzona: Clariano
Enólogo: Rafael Cambra Revert
Variedad: Forcallà
Parotet, de Celler del Roure
Subzona: Clariano
Elaborador: Pablo Calayatud
Variedades: 75% mandó y 25% monastrell
Miracle by Mariscal, de Vicente Gandía
Subzona: Valentino
Enólogo: Luis García Severino
Variedad: Garnacha Tintorera
Murviedro Expresión, de Bodegas Murviedro
Enólogo: Víctor Marqués Leiva
Variedades: 55% Monastrell y 45% Garnacha.
1771, de Bodegas Los Frailes
Subzona: Clariano
Enólogo: Dominique Roujou
Variedad: Monastrell
Ca Belda, de Bodegas J. Belda
Subzona: Clariano
Enólogo: Daniel Belda Albero
Variedad: Forcaya
Mistela de Moscatel de Turís, de la Baronía de Turís
Subzona: Moscatel
Enólogo: Joan Picó Lozano
Variedad: Moscatel de Alejandría
Cuva Vella, moscatel de Bodegas Cherubino
Subzona: Moscatel
Variedad: Moscatel de Alejandria
Icono Garnacha, de Bodegas La Viña- Anecoop
Subzona: Clariano
Enólogo: Jorge Caus Pertegaz
Variedad: Garnacha Tintorera
La cata transcurrió con los comentarios sobre los vinos de Pedro Ballesteros, los comentarios sobre las bodegas y los elaboradores de Maxi Bao adecuadamente correspondidos por algunos de los responsables de las bodegas presentes en la cata.
Las conclusiones resultaron de lo más valiosas. La apuesta por los vinos de calidad, la potenciación de las variedades autóctonas y la búsqueda de la expresión de los diferentes terruños de las cuatro subzonas son la clave para salir adelante en un mercado local muy convulso pero en el que la imagen de los vinos valencianos ha mejorado en gran medida y sobre todo en la gran vía de salida para las elaboraciones locales que son los mercados exteriores. Donde se debe de trabajar para que los vinos en los segmentos más altos del mercado sirvan como estandarte de nuestra amplia producción de vinos de gama media y permitan un mayor reconocimiento de la zona.
Por otra parte la subzona que mejor ha hecho los deberes parece ser Clariano, donde un grupo bastante bien cohesionado de pequeños elaboradores está alcanzando cotas de calidad notables. Valentino muestra una panorama menos definido, pero el tirón de algunas de las grandes empresas de la zona y su implantación el algunos mercados de exportación puede servir de guía para el despegue la zona. Moscatel por su parte, necesita dar un salto cualitativo más allá de las tradicionales mistelas y explotar todo el enorme potencia que la rica variedad moscatel guarda en su interior. Finalmente la zona que más necesita evolucionar es Alto Turia, cuentan con un valioso activo, la merseguera que puebla sus viñas y necesita la chispa de la inspiración para sacar de esta atractiva variedad todo el potencial que encierra.
Por nuestra parte desde Verema animar al Consejo Regulador para que sirva de guía en los cambios que necesariamente deberá emprender el sector para desarrollar todo su gran potencial.