Los
italianos no deben pensar que son los únicos en tener la exclusiva de producir
vinos que provienen de
variedades autóctonas. El otro
país que tiene propias y diferentes de las nuestras es
España. Solo citar las mas conocidas entre las
tintas: tempranillo (con sus diferentes acepciones como ull de llebre, tempranillo, tinto fino, tinta del país, tinta de Toro, cenci bel…), bobal, garnacha tinta, monastrell, cariñena, mencía… y entre las
blancas: airén, pardina, macabeo, palomino, albariño, godello, verdejo… No existen tantas como en Italia, pero España es también rica.
El precio medio por litro del vino español exportado es cerca de la mitad del italiano que no es un precio elevado. Esto quiere decir que en los mercados exteriores los precios de las botellas de los vinos españoles son medianamente inferiores a las de los italianos y que el precio del vino a granel es todavía mas competitivo.
Una obligación para los productores españoles a explorar los mercados exteriores es una producción nacional exuberante respecto al consumo interno de vino que está en caída vertiginosa y desde siempre (y no solamente a causa de la crisis) muy inferior a la de Francia e Italia.
Un enorme punto de fuerza de Italia respecto a los mercados exteriores es la presencia de restaurantes de cocina italiana que hacen las veces de embajadores de la gastronomía y del vino italianos. España no goza de la misma ventaja aunque en el último decenio el reclamo de Ferrán Adriá y de la escuela de alta cocina española ha atraído también en el extranjero mayor atención y ha producido algún interés, pero el interés actual mas concreto queda para la apertura de locales de tapas que se están difundiendo gradualmente también en Asia.
España ha gozado abundantemente de elevadas contribuciones comunitarias para la reestructuración del viñedo. Y ha crecido el número de productores de vino aunque se mantiene notablemente inferior al de Italia: quiero decir que respecto a nuestro país, España no goza igual de tener un elevado número de productores que viajan a los mercados exteriores a contar sus vinos, el territorio y todos ellos juntos a hacer marketing.
Como Italia, también España es un país de elevados flujos turísticos y juega la carta de la territorialidad. Quiero citar, entre los muchos buenos productores españoles, tres que por su trayectoria constituyen, según mi opinión, los modelos, los ejemplos desde los cuales es posible también para nosotros italianos sacar algunas enseñanzas, ¿por qué no?.
Al adquirir en 1982 la prestigiosa
bodega ha sido la familia que tiene como jefe a
Pablo Álvarez, hombre de pocas palabras, que va al grano, excelente organizador, capaz de rodearse de colaboradores cualificados, que ha renovado totalmente la
bodega de Vega Sicilia elevando los vinos a niveles de excelencia, considerando su plena visibilidad en los mercados exteriores, estando presentes continuamente en
subastas internacionales, una referencia para los
vinos españoles.
Pablo Álvarez sucesivamente ha invertido abundantemente en otras zonas. En Hungría (Tokay), con la bodega Oremus y en España en las zonas de Ribera del Duero (Valladolid), Toro (Zamora) y Rioja Alavesa.
De escuela bordelesa, en 1994 junto a otros dos enólogos funda la empresa que con el tiempo llega a ser “
Compañía de Vinos Telmo Rodríguez”. El objetivo es identificar en diferentes
zonas vitícolas (Rioja, Galicia, Ribera del Duero, Toro, Ávila, Málaga, Alicante, Rueda…)
viñedos viejos de
variedades autóctonas para recuperar, arrendar, vinificar las uvas en
bodega ya sean propias que de otros productores y embotellar con su propia marca.
Telmo Rodríguez no es un asesor sino que trabaja para si mismo. Ha contribuido a recuperar variedades que con el tiempo habían sido olvidadas y ha hecho crecer el interés por producir vinos originales, del lugar, en diferentes zonas españolas de calidad. Ha sido un ejemplo para otros productores. Es también un magnífico comunicador: sus vinos se exportan a numerosos países.
Bodega dirigida por Miguel A. Torres, Presidente y hombre de gran carisma. Solo para dar una idea, Torres es a España lo mismo que Antinori a Italia. La empresa posee 27 bodegas en propiedad en España, California, Chile y mas allá de 2.500 hectáreas de viñedos propios.
Torres está, desde hace años, a la vanguardia en Europa en relación a los proyectos de sostenibilidad ambiental, social, económica… Los vinos gozan de una importante imagen para ser exportados a todas las partes del mundo. Muy interesante la actitud de apertura y de investigación de sinergias que Torres demuestra en muchos países del mundo donde trabaja con su propia empresa de importación y distribución, uniendo a sus propios vinos en su cartera también a otros productores europeos y del nuevo mundo de grandes-medias y pequeñas dimensiones. Un modo eficaz de crear un sistema. No hay ningún productor italiano que haga tanto.
© Ángelo Gaja (Diciembre 2013)