Cata a Ciegas, Verema nos reta...

Siempre un reto, someterse a este tipo de valoraciones. Por norma día sí y día también muchos de nosotros catamos a ciegas, aunque hay un pero… normalmente es para analizar lo que nos dice el vino, alejado de intentar descubrir añada, variedad, barrica, zona, bodega etc, etc…, que es por lo que estamos hoy. Ya que en muchas ocasiones a pesar de tener los conocimientos por formación técnica, y por la formación que te enseña el mundo de la cata y los vinos que descubrimos en ella, nuestro dictamen difiere de lo que realmente nos habla el vino.

Por mucho que conozcamos las fases de cata, ese faja y ribete que nos pueden inducir apreciar el año, esa glicerina en la copa, que nos puede delatar su graduación y por ende, acercarnos a la añada debido a su calidez, contando con añadas homogéneas en España. Esos aromas a copa parada de más o menos intensidad frutal que nos hacen ver fecha de embotellado y tipicidad, así como aclimatación a determinada zona. Esos aromas que desprenden a copa movida y de los cuales debemos dejar ver la barrica, su tostado, el tiempo permanecido en ella. Quizás hablamos de la fase más significativa para poder captar de que vino se trata.

La fase gustativa, por ende dictamina la personalidad del vino, el trabajo de la bodega, presentando nobleza en sus taninos, una fase donde sale a la palestra las maceraciones, la maduración de la vendimia, en definitiva el trabajo de enología.

A pesar de conocer todos estos datos y tener la certeza de que nos van ayudar, solo os puedo decir por la experiencia, que cada vino es diferente, porque existen tantas variedades y terruños que todos deben aportar la personalidad suficiente para hacerlos personales, diferentes y prácticamente únicos. Por ello hoy en esta cata a ciegas que nos brinda Verema, yo voy a dejarme llevar, a disfrutar y eso sí a intentar interpretar lo que el vino me dice, y probablemente juegue al descarte a la reducción al absurdo para a través del “esto NO puede ser” acercarme a la zona, variedad, añada, barrica y engordar ese pequeño ego que todos tenemos.

Nos vemos emplazados en un rato, para disfrutar entre amigos y con buen vino.