Propuesta diferente

Queríamos cambiar de registro, a veces también apetece ir a sitios en los que lo estrictamente gastronómico no es exclusivamente el factor fundamental. Tenía curiosidad por conocer este sitio en el que no puedes reservar de un día para otro, algo estarán haciendo bien.

Muy lograda la decoración del local, multitud de objetos y detalles, que le quieren dar un punto diferente al de un restaurante tradicional. En mi opinión lo consiguen. Iba preocupado por encontrarme un ambiente excesivamente pijo y donde el postureo es lo único que importa, similar al de sus equivalentes en Madrid, no llega la sangre al río, hay un poco de todo. El restaurante es animado, y en parte es lo que buscábamos. La carta es interesante, ecléctica y con propuestas distintas a las habituales, a un precio bastante razonable, motivo probable de su éxito.

Cenamos bien, todo a compartir para dos:

*Coca de tomate seco, burrata y tapenade (4,80 €)
*Coca de morcilla de Burgos con puerro confitado (4,80 €)
Buenas opciones para abrir boca

*La sartén de patatas gratinadas, torta del casar y huevo de caserío trufado (7,50 €). Combinación ganadora si no presenta como masa de hacer tabiques, que no es el caso.

*Salteado de calamares, gambetas frescas, con salsa thay y verduritas de temporada (13,50 €). Muy buen calamar, para comerlo de una forma diferente.

*Lasaña de langostinos con mayonesa de crustáceos (13,50 €). Muy buena de sabor, un poco deficiente en ejecución, al cortarla quedaba un poco como una masa poco uniforme.

No tomamos postre y fuimos directamente a los cafés.

Acompañamos la cena con un Bassus pinot noir, no es un borgoña, pero un buen vino de Utiel-Requena (25 €). Carta correcta para el tipo de sitio, no especialmente profunda, pero con algunas opciones para quien tenga inquietudes. Pesa mucho más la presentación, es un cartón enorme y difícil de manejar que simula (muy bien) una cinta cassette, con los blancos en una cara y los tintos en otra (para los que las hemos rebobinado con un boli para no gastar las pilas de los walk-man me resultó gracioso).

Cena agradable, en un local diferente, quizás mejor para ir en grupo, que en pareja (las mesas de 2 creo que son las peores del local). El punto negativo fue la falta de ritmo, que como no lo cuiden puede que haga que terminen muriendo de éxito. Entiendo que es muy complicado manejar un local al 110%, pero penaliza mucho la experiencia si pides platos para compartir y te traen 3 seguidos, sin haber acabado con el primero o te tiras más tiempo del necesario para que alguien te haga caso cuando pides la cuenta y otro buen rato hasta que te la traen.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Abreunvinito

    Muy bueno lo de rebobinar con el boli. El Bic cristal con su formato poliédrico era perfecto para ello.
    Saludos

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