Donde comen los madereinses

Nos lo recomendó un camarero de un elegante restaurante de "cocina internacional" (y cara) de Funchal, y no se equivocó. Nos atendió Mario estupendamente, que comprende el catalán de Madrid que hablamos de pm (no en balde es originario de Valença do Minho y el idioma de Cervantes no le resulta extraño). Vaya por delante que a pesar del título estábamos rodeados (en la angosta calle, y con mesas casi corridas lo que permite la conversación con el vecino) de franceses y belgas, además de una inquietante pareja de damas locales, fumadoras de las de antes pero que hicieron buenas migas con la pareja heterosexual de ecologistas que les vecindaba. Comida honesta, de generosas raciones que empiza con el clásico pan de ajo (1,75 €) que lo hemos tomado mejor (Casa Velha). De primeros unas correctas y consabidas lapas grelhadas (8,50 €) yun pulpo (polvo) de la casa (10,95 €) que estuvo a punto de llevar a urgencias a mi mujer por el efecto de la pimienta en su garganta y esófago (llegué a pensar que teníamos que salir escopeteaos al médico ya que lo pasó fatal). Yo lo probé y lo encontré, como las lapas, muy correcto. De plato fuerte,, el rey de la casa es el pescado (que te lo muestran previamente para que elijas) mi mujer había pedido una espetada de pescado mixto (en castzo, brocheta) que obviamente no pudo psar. Yo la probé y no entusiasmaba (17,25 €). Yo me decanté por la sugerencia de pescado del día (18,95 €) para dos buenos trozos a la plancha de cherna y pargo. El pescado lo acompañan con una generosa guarnición de patata, judías verdes y zanahorias al vapor. De postre un espectacular y casero flan de maracuyá (3,50 €) y el mejor (en el país dels ciegos...) café italiano tomado en Madeira (invitación). El capítulo bebidas, bien servidos pero en copas de saldos Arias, se compuso de una invitación de vino de Madeira de aperitivo (recuerda. Nuestro vino fino), un vinho verde que no enloquece (Muralhas Moncão de 2012, no muy frío a pesar del enfriador (14,95 €) y que el camarero que por allí pasaba se ocupaba de rellenar siempre la ruda copa. De invitación postrera Mario nos ofreció un licor de maracuyá femenino y un magnífico aguardiente con cierto recuerdo a un buen Armanagc. De los violinistas, o personajes de época, hablaré otro día, ya que esto no se come (aunque se ve u oyen)

  1. #1

    Micky Mouse

    Aunque esto de comentarlo a uno mismo no es muy ortodoxo, sí debo decir que me ha resultado extraño las pocas referencias veremeras de Funchal, siendo éste que he referido muy jaleado (repetidamente) en otras páginas más benignas y tolerantes con la gastronomía. Espero que os sirva este comentario a los que como nosotros aterrizamos en territorio hostil y donde las referencias culinarias de calidad son escasas (y desgraciadamente asentadas en ese inconcreto concepto de la cocina internacional que es lo mismo que de Marte). La parte vieja de Funchal, enormemente animada, y merecidamente recomendada. Y muy, muy animada.

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