Coincidí con un colega de mi empresa durante mi viaje a Kuwait. El lleva viviendo ya casi 8 años allí y me propuso llevarme a un restaurante de cocina “kuwaití”. Lo pongo entre comillas porque comida tradicional propiamente kuwaití apenas existe. Su cocina es fundamentalmente árabe, aunque existe algún que otro plato local, casi siempre “importado” por los británicos desde diferentes puntos de su imperio, esencialmente de la India.

El comedor está en una segunda planta de un edificio bastante descuidado. Ya había leído en algún post de viajeros que no era un restaurante de lujo, sino todo lo contrario: sencillo y popular entre los kuwaitíes y viajeros curiosos. La decoración del comedor trata de dar un aire étnico a base de yeso blanco inmaculado en las paredes y mucha madera vista con algún que otro objeto árabe tradicional. Dispone también de algunos saloncitos privados con cierto encanto para el quiere intimidad.

Servicio en sala simpático pero con algún que otro problema con el inglés. En cualquier caso muy atento y rápido. En menos de 5 minutos ya tienes toda la comanda sobre la mesa, a pesar de que les comentamos que queríamos los segundos después de haber terminado con los entrantes. Pero bueno, esto es lo habitual en estos países.

La carta, como ya he dicho, con muchos entrantes libaneses y con segundos incluyendo algún que otro clásico local. Precios muy baratos, lo que te permite probar muchísimas cosas.

Servicio del pan que consiste en el tradicional Rumali Roti. Un pan plano de harina de trigo recién horneado (similar al pan de pita) y traído de la India. Traducido sería algo así como "pan de pañuelo".

Cena para dos personas:

- Nada más sentarte, ya te están poniendo un plato de encurtidos con aceitunas y trozos de berenjena; una cestita de ensalada de rúcula y cebolla cuyo único aliño es limón exprimido; y, por último, un platillo con chile picadito y seco y otro con hojas verdes de alguna planta que no supe identificar con chile y aceite.

Tomamos unos entrantes a compartir:

- Hummous: Clásico puré frío de garbanzos de origen árabe que estaba realmente cremoso y rico. Llevaba un chorrito de aceite de oliva por encima.

- Tabbouleh: Una ensalada de origen libanés muy refrescante de perejil, tomate y pepino muy picaditos, couscous y alguna que otra hierba aromática como la menta; todo ello aderezado con un chorrito de aceite de oliva, limón y sal.

- Mutabbal: Otro clásico puré frío de origen también árabe (baba ganoush), esta vez hecho a base de berenjenas asadas. Para mí, con un sabor aún más sutil que el hummous. No pudimos evitar que se acabase.

Y de segundos, los clásicos majbons de Kuwait, que se sirven con una salsa de tomate natural sin ningún tipo de aliño:

- Mutton Majbons: Esta fue mi opción que consiste en trozos de cordero asado sobre una montaña de arroz basmati. El cordero con aspecto de llevar días hecho y recalentado, pero que al menos estaba jugoso, tierno y con buen sabor (me comentaron que era cordero joven).

- Chicken Majbons: Medio pollo asado sobre una montaña de arroz basmati. Este es el plato que pidió mi compañero de velada y tenía mejor aspecto que el de cordero.

Finalmente, no pedimos postres porque estábamos saturados (lástima porque los tienen y además son locales). Sin embargo, nos pusieron sobre la mesa, como detalle postrero propio de la casa, algo así como docena y media de una especie de buñuelos fritos y crujientitos cubiertos de miel que eran un auténtico vicio.

Tomamos con la cena con agua y mi colega un zumo de limón con menta.

Precio total: 24.30€ (inc. tasas y propina, una botella de agua de ½ litro y el zumo).

Nota: El precio por persona indicado es lo que estimo que costaría comer en este local con tasas y servicio incluidos y sin bebidas.