A la sombra del Aizian.

Situado en el mismo edificio, en el mismo hotel con el que comparte algunos servicios, como el baño, por ejemplo, se encuentra este más que correcto restaurante de hotel.
Puerta con puerta con el Aizian incluso puedes ver a los comensales de alguna de las mesas del mismo degustando sus platos.
Afortunadamente ya hemos estado en el "otro lado de la barrera" degustando esos exquisitos menús y además en alguna ocasión en muy buena compañía.
Correctas mesas, correcta la separación entre las mismas, buena vajilla, buena cubertería y correcta vajilla, un tanto reducido el tamaño de las copas.
El servicio es el de un buen hotel, atento en todo momento, la chica que nos ha atendido principalmente de una desbordante simpatía, cosa de agradecer y atendiendo en todo momento nuestras dudas.
El servicio del vino más que correcto, con presentación de la botella, cubitera al momento, dado a probar y en prácticamente toda la cena, servido por ellos.
Tres tipos de panes a elegir y además en cuanto nos ha faltado, repeteción y sin coste adicional.
Tienen un menú especial denominado Quatre por 28 euros todo incluido además de una correcta carta con una buena selección de todo tipo de vinos y espumosos.
Hemos pedido platos diferentes para probar un poco de todo:
Ensalada de escarola y salmón marinado con mayonesa de eneldo una señora ración, exquisito el salmón y en buena cantidad.
Tortellinis de trufa y parmesano con pesto de tomate seco y nueces una ración muy generosa. Muy ricos, con la salsa de untar pan, nada pesados. Me ha gustado mucho el plato.
Merluza de pincho a la romana con velouté de txakoli otra más que decente ración de buen pescado con una rica salsa y unos pimientos rojos que estaban tan ricos que no me han dejado ni catarlos.
Cordero asado a baja temperatura con patatas al romero si tengo que elegir un plato de la cena me quedo con éste. Muy tierno, jugoso dentro de su propia "sequedad", las patatas en su punto. Un plato de los que "dejan huella".
Fresas, naranja y nata presentado en un vaso de cristal, una buena ración de un postre nada empalagoso, sin misterios de ningún tipo, rico y sobre todo muy rica la nata que no era de las que en medio minuto desaparece en forma casi de agua.
Tarta Colombia con salsa de café y helado de plátano correcta la tarta, riquísimo el helado y estupendo el conjunto.
Un muy rico café con poca leche, y como no hay mucho dulce para elegir pues un Málaga Virgen.
Para beber nos ofrecen crianza, algún clarete y un blanco y fieles a nuestros gusto pedimos el blanco:
Prado rey, verdejo 2011 un tanto diferente a los habituales, quizás un tanto más "amargo" y menos frutal pero...¿más vinos?
Al parecer ha sido unos de los mejores blancos de 2011 para los sumilleres y para las mujeres. Evidentemente yo no me encuentro en ninguno de los dos grupos y me ha gustado, así que me tendré que empezar a preocupar.
Pues mucho se dice de los restaurantes de hotel, me parece que éste concretamente merece la pena. No lo compararemos con quien comparte "tabique" pero un más que correcto local.