Lugar que últimamente se ve aparecer por los medios de comunicación de la región y con el mismo decidimos comenzar la Semana Santa, acudiendo a la comida del Jueves Santo, previa reserva.

Lugar con una terraza cubierta en su zona de acceso, donde seguro con buen tiempo se está bastante a gusto (ese día no era apropiado), y tras la misma, una barra de los bares de la zona, de toda la vida.

Tras tomar unos verdejos en la barra, pasamos a uno de los dos comedores que se encuentran al fondo de la barra, siendo los dos de pequeño tamaño. Nos correspondió el primero junto a una ventana, desde la que se divisa la terraza comentada y la zona de la carretera.

Hemos compartido:

Rabas de peludin

Parrillada de verduras

Pulpo sobre una base de crema de patata fina.

Y de platos:

Hamburguesa de carne de tudanca (raza de vacas autóctona de Cantabria)

Rabo de toro deshuesado

Atún rojo al estilo oriental que ahora se lleva.

De postre

Un helado, que no recuerdo de que, a compartir.

Ningún plato nos levanto ni elogios ni tampoco estaba por decir mal. A destacar la presentación de la hamburguesa, que eran de muy bien tamaño y para de contar.

Carta de vino de lo más clásica, riojas clásicos y muy poco más, pregunte si tenía algo fuera de la carta y la respuesta fue negativa. Tomamos Solar de Vega 2012 y Fernández Piérola crianza 2008, Copas normales, con abrir y dar a probar.

Lo descrito con unos cafés y agua, ascendió a 28 euros por comensal

Comentario:

Sensación de faltar un punto a la cocina, con un servicio de sala, local y servicio de vinos bastante ajustadito.

Seguro que no han tenido su mejor día.