Así sabe Córdoba.

Aunque situado en extramuros -entorno que no acompaña ni de cerca como el de intramuros- se trata de una taberna típica andaluza con mucho arte.

Con sus paredes alicatadas a media altura y abigarrada de fotos, sombreros, aperos antiguos, capote y cabeza de toro incluidos como Dios manda…

Mesas con el sobre de mármol antiguas y sillas de madera de las de "toa la vía del Señó".

Incomodidad, a cambio de mucho saborrrrrrrrrrrrrrrr.

Cocina tradicional cordobesa. La carta es de lo más variado, puedes encontrar casi lo que te propongas.

Tomamos, todo al centro:

• Salmorejo cordobés
• Salmorejo de espárragos verdes
• Berenjenas fritas
• Albacora en aceite
• Pijotas fritas
• Morcillo de ternera guisado
• Fresas con px

Tradición, género y mano en cocina. No ha lugar a virguería alguna. Como dice un amigo mío, el salmorejo y las berenjenas son un “must”. Dos platos no por sencillos menos deliciosos. Nos sorprendió el modo de cortar las berenjenas (que luegó comprobamos que es lo habitual en esta maravillosa ciudad), en tiras, como las patatas fritas, y cocinadas también como ellas. Crujientes por fuera y melositas por dentro. Una delicia, un no parar.

La conserva de albacora muy fina y la fritura de pijotas lo más flojo, frescas pero sosas. El morcillo, guisado como el rabo, estupendo.

No tienen carta de vinos, y disponen de muy poquitas referencias. Tomé varias copas de fino en rama que te servían de una jarra de plata, una copita un riberita con poca crianza, Melior, y cerré con un px genérico.

Servicio profesional, aplicado, demasiado altivo quizás.

Recomendable para degustar a buen precio y en un mesón típico, fuera de circuitos turísticos, la cocina tradicional cordobesa en toda su extensión.