CLASICO ALICANTINO

El Nou Manolin, merecería dos criticas diferenciadas, una por su barra y otra por su restaurante. Empezando por este último, diría que es correcto. Materia prima de excelente calidad, y muy buen servicio, pero ejecuciones corrientes y nada extraordinarias. Supongo que también es lo que espera encontrar su clientela. Especialidad en arroces, aunque resultado irregular, unos días mejores que otros. Sugiero el "amb pelletes de bacallar" y el caldoso de bogavante. El acondicionamiento del salón es perfecto, tanto en extracción de humos como en sonoridad, lo cual, a pesar de su tamaño, contribuye a lograr un ambiente agradable.

Lo mejor sin duda, es la barra, preferida, entre otros de Joel Roubichon. Cuando la materia prima es tan buena, es preferible picotear que tener que ceñirse a un solo plato, por eso en la barra se disfruta más que en el restaurante. Jamón excelente, marisco excelente, soldaditos de pavía, alcahofas y cebollita tierna en témpura, mollejas y croquetas son algunos de las tapas que se deben probar. Vino por copas y ambiente muy agradable, ultimamente más frecuentado por extranjeros que nativos.

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