Vuelvo al restaurante del comentario del día 5.
Ellos repiten con el chupito de crema de calabaza.
Esta vez pido uno de los platos que me cantan fuera de carta, canelones de carne, muy buenos. Precio sin sorpresas, (7.50)€
De segundo unos callos de ternera (10€), que el día anterior fueron vencidos por el civet de jabalí. Correctos, me ajustaron el punto de picante que pedí y me preguntaron si estaban a mi gusto, servicio muy amable y atento.
Pido una botella entera de Obergo Caramelos (9€), me ofrecen una bolsa específica para botella de vino para que me lo lleve a casa. Otro buen detalle.
Al ser una cena la sala esta casi llena, pero en ningún momento estuve olvidado de los camareros, el servicio cumplió todas las expectativas y no se demoraron los platos.
Esta vez sí que como del pan que me pusieron, diferente del del día anterior, y diría que menos apetitoso. No me cobraron el pan. Un buen detalle en un mundo donde te lo ponen sin pedirlo y hasta te lo cobran aunque no lo toques. Todos los precios con IVA incluido, parece mentira que haya que recalcarlo, pero la honestidad en hostelería no siempre se supone.
Precio también sin postre ni café.
En casa tengo para los amigos el sitio donde se come mejor de toda la comarca, con un excelente servicio de vinos aunque de modesta factura. El cocinero diletante no llega a chef ni sabe de cocina tecnoemocional ni de esferificaciones ni de deconstrucciones, pero hace auténtica comida casera con productos de primera calidad. ¿Para qué buscar otro? XD
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