Ha sido todo un descubrimiento esta coqueta pizzeria situada en el centro del pueblo del Pont de Vilomara, en la comarca del Bages. Bonito local decorado con sencillez y buen gusto, con toques originales como cuadros de pintores locales o algunos muebles de anticuario.
Ángel Espinosa, el dueño del negocio, domina a la perfección la técnica de la pizza más autentica e italiana. Las tiene para todos los gustos y se permite experimentar nuevas fórmulas, originales y divertidas. Tanto la masa, que la prepara al gusto del comensal, como los productos utilizados son estupendos, dando como resultado unas pizzas sabrosísimas.
Además de pizzas también ofrecen ensaladas muy apetitosas y algunos bocadillos típicos de la tierra como la chapata de butiffarra con cebolla caramelizada que que es una delicia.
Y para postre, algunas elaboraciones hechas por Angel, como el tiramisú, que dan el toque final.
En la sala, Brigitte,pareja de Ángel, se encarga de que todo funcione como un reloj, derrochando amabilidad y simpatía además de profesionalidad.
Y por si todo ello fuera poco, la relación calidad/precio es imbatible. Lo recomiendo al 100%.