Este hotel rural & restaurant es un guiño al buen gusto y a la elegancia sencilla. Mi crítica es respecto del restaurante aunque espero pronto escribir sobre el hotel, del que estoy convencido debe ser todo un placer alojarse en esta bella masía ubicada en plena montaña.
Y qué decir del restaurante...pues simplemente excelente, que no es poco. El local es todo un primor, donde la decoración mantiene un sabio equlibrio entre lo rural y toques acertadísimos de modernidad. El espacio te envuelve y predispone a gozar de lo que será un ágape extraordinario: platos de factura perfecta y combinaciones riquísimas con un producto de primera calidad. Ejemplos? Crujiente con huevo de corral y jamón, trinxat del solsonés con costillita de cerdo, etc, etc.
Presentación exquisita y raciones abundantes (no quiero decir cuantiosas, sino en su punto, equilibradas). Servicio cercano, profesional y encantador.
Un restaurante como pocos que supera, a mi parecer, a más de un "estrellado" por el rigor en la técnica de Montse como el marco de refinada sencillez. Si no lo conocéis, no tardéis en descubrirlo.