Otro más de estos bar-pub-restaurantes de las urbanizaciones de la zona de Aravaca-Pozuelo-Majadahonda.
Todos siguen el mismo patrón: edificios de pocas alturas, multinacionales, con terracita alargada a sus puertas, cerrada, dotada de modernas estufas de gas... Y decorados en su interior de manera ecléctica.
En este caso se tarta de un local agradable, en el que imperan los cremas claros.
Enfrentado la barra hay pegado a la pared un banco corrido que va de lado a lado con varias mesas con sillas al otro lado.
Suelo de madera clara. Grandes y originales cuadros de vivos colores. Iluminación amarillenta. Música de fondo cañera a veces, suave otras, más alta de lo habitual.
Cocina fusión, con una carta apañada, con entrantes españoles y asiáticos, ensaladas, huevos rotos y fritos, burguers, carnes y algún pescado.
Tomé:
•Tataki de atún con ensalada de brotes de soja y alga wakame.
•El gran alemán. Selección de salchichas tipo prost acompañadas de patatas y salsitas.
El tataki de atún, correcto, una buena pieza de atún, crudo por dentro y con aceptable guarnición; las salchichas, sabrosas, con la tripa crujiente y gruesa (sorprendente: llevaba tres salsas y ninguna de ellas era mostaza).
Las raciones, generosas.
Carta de vinos cortita y más bien clásica. Bebí un par de copas, un verdejo, Fray Germán 2011 y un tempranillo, Artacho 4M 2010. Tratados sin mimos.
Servicio eficiente y serio, demasiado serio quizás.
Bueno, pues una cena correctilla, agradable.
Estás en MAdrid, y vas a comer a estos sitios??? Para cuando el MAdrid gastronómico???
Para cuando no vaya de trabajo obligao!
Algún día me escaparé...
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