Está situado en el casco antiguo de la ciudad, dejando ver unos bonitos muros de piedra y unas enormes vigas de madera que soportan los pisos superiores.
El mobiliario acorde con el entorno.
Ofrecen un menú de fin de semana por 25 € que fue el que pedimos, los primeros una ensalada de queso de cabra tibio y unos canelones de confit de pato con trufas. Los segundos un risotto con colas de gambas y láminas de parmesano y un bacalao gratinado con una suave muselina de ajo, el risotto insulso, era poco menos que una arroz hervido pasado por la paella y al que se le había añadido unas gotas de crema de leche, cualquier parecido con un risotto pura coincidencia; el bacalao bueno pero escaso aunque no era uno de los mejores cortes del bacalao.
De postre un browni de chocolate y un souflé??? al gran marnier con coulis de frutos rojos.
El vino incluído en el menú de la DO Pla de Bages, malo, muy malo nos lo hicimos cambiar por un DO Montsant, Imus por el que nos cobraron 12 €.
un café y una infusión.
Un restaurante más dentro del casco histórico de la ciudad, orientado a "cazar" visitantes y turistas.