Pese a que a simple vista, se llega a pensar que sera otro bar cualquiera, fuimos a cenar por la recomendación de unos amigos, ya que estos hablaban maravillas de su cocina.
Lo primero que vimos al llegar, fue la terraza al lado de un parque infantil con juegos para niños, perfecto para que los niños jueguen mientras las mayores cenan, ademas que al tener este una valla de madera y una sola salida, facilita el controlar si se salen del parque o no.
Una vez dentro del local, la decoración es curiosa, no es la típica que encontrarías en un bar, con cuadros colgados y columnas con las tapas apuntadas.
Respecto al local si que tendría que poner una pega, es pequeño, por lo que puedes llegar y no encontrar sitio, recomiendo llamar y preguntar antes o hacer una reserva si es algo planeado de antemano.
El servicio de las camareras es correcto, trato amable y no tienes que quedarte esperando media hora en la puerta para que te atiendan, es un punto a su favor.
Respecto a la bebida, nos ofrecieron la carta de vinos, pero no somos mucho de beber vino, así que respecto a eso poco puedo decir.
Respecto a la comida, dado que no conocíamos los platos, nos sugirieron probar unas tapas variadas.
Debo decir que la presentación era cuanto menos curiosa, normalmente no esperas que las patatas bravas sean una torre de gajos de patata con espuma de ajo-aceite, o que las croquetas te las saquen un un vaso y con los ingredientes por separado, para comerlo con cuchara.
Fueron varias tapas variadas, pero ninguna presentada de la forma convencional, por lo que era algo nuevo para nosotros, ya que no conocemos de ningún otro local por aquí que haga esto.
El servicio de comida era fluido, llegamos a preguntar si podía ir un poco mas despacio, ya que los platos se nos acumulaban, normalmente suele ser lo contrario, esperar eternamente entre plato y plato, lo cual es un punto a recalcar.
Pese a que tras cenar y haber pagado nos quedamos cerca de una hora allí sentados, hablando tranquilamente, en ningún momento notamos que nos intentaran meter prisa para dejar la mesa libre, lo cual es de agradecer.
En resumen, una experiencia recomendable para quien quiera probar cosas nuevas.
Hoy ha celebrado mi padre su cumpleaños en Sopa Frita y he de decir que no sólo volveremos, si no que también lo recomendaremos.
Una comida totalmente diferente a la que estamos acostumbrados en cuanto a textura, sabor, presentación... desde el primer plato hasta el último, a ver cual de todos nos a sorprendido más!!!
Un servicio rápido con una atención excepcional.
Hemos salido todos encantados ;)
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