No todos los dias ocurre lo mismo

Nueva visita con ocasión de compañía familiar. En esta ocasion somos cuatro y nos sentamos en el mismo lugar del comedor en mesa cuadrada, aunque en realidad son dos mesas juntas y se evidencia la inexperiencia porque el mantel bajo que cubre cada mesa, en una de ellas arrastra por el suelo y dificulta poner las piernas.

El pan de aceitunas muy bueno y esta vez hubo durante toda la comida; el aceite de La Española de forma generosa.

No describiré los platos porque están puestos y comentados; lo curioso es que al ser otro día, ¿y otro cocinero?,los platos diferían algo de la reciente anterior vista. los snacks son patatas fritas caseras buenas y con un poco de picante interesante. El pan del paté de salmon estaba duro, quizás por frío. La témpura y el wonton no estaban tan crujientes. Por contra la lasaña esta más homogénea y sabrosa, quizás algún ingrediente interior nuevo que no pillé. Los raviolis estaban mucho menos al dente. El magret bien de punto pero la carne era menos tierna, quizás por culpa del pato. Al arroz le seguía faltando sal. El postre era menos cítrico y cambiaron el helado asi como las chuches que eran menos elaboradas pero más chuches.

Por otro lado la mayor confianza, aunque con exquisita profesionalidad, permitió varias cosas que creo no son habituales. en el plato principal y para no repetir lo de hace pocos dias, dieron opción aceptada de un plato de verduras de la época y de la tierra muy buena, variada en su punto de coccion indivdual, un marcado en plancha y un punto de horno final que las hacía brillar como si estuvieran pintadas: muy bien.

También el maridaje se superó: uno con la clarita ya comercial de Radler, un intento de verdejo valenciano que no quedaba y la segunda y tercera copa fueron del vino probado y que más ha gustado y que fué la tercera copa común para todos: Embrumas sauvignon blanc abierto adrede, tras un muy rápido enfriado y que ganó por goleada.
Otro maridaje fué iniciado con Radler y seguido por una cerveza más contundente de abadía Affligem.
Los otros dos fueron de inicio un Blume 2012 verdejo y otro una copa de cava Les Dunes; para la segunda copa ya ambos un rosado navarro que fué flojito y que no apunté por olvido.
Ni que decir tiene que esta vez, aun siendo más complicado, con perfecto servicio y repitiendo cerveza o vino siempre que hiciera falta, incluso con insistencia a pesar de pagar lo mismo.

Comedor lleno y no me extraña. Los cafés, que no entran en el menú, tomados en la terraza que ya se va quedando pequeña para tantos comensales diarios como hay. También vas encontrando en mesas cercanas algún amigo, lo cual quiere decir que se está difundiendo; quizás demasiado.
Se me olvidó preguntar por el tema de vinos dulces. O sería el subconsciente para tener excusa y volver.

Recomendado por 2 usuarios
  1. #1

    Aloof

    total que el embrumas sigue triunfando.saludos.

  2. #2

    Abreunvinito

    en respuesta a Aloof
    Ver mensaje de Aloof

    pero el sauvignon mucho más que el verdejo

  3. #3

    Aloof

    en respuesta a Abreunvinito
    Ver mensaje de Abreunvinito

    eso es lo que yo te dije en el anterior comentario y que reitero en este.saludos.

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