Muchos sitios en Salamanca para tomar tapas y en este caso el planteamiento es de tostas: base de una lámina de pan tostado (alguna demasiado tostado), de unos 16 cm con muchas y diferentes opciones para poner encima y que sirven partido por la mitad para poder compartir mejor. Decoración rústica y rápido, joven y eficiente servicio que mejora la rotación de clientes.
Eramos 4. Tomamos para beber dos rondas, que sumaron 2 vinos tintos, Teófilo Reyes reserva 2009 y un Protos, más 1 caña y 5 claritas. Carta de vinos por copas o botellas, con más de 25 referencias, buenas copas y perfectos de temperatura dejando la botella para volver a servirte si necesitas repetir.
Para comer, un total de 10 tostas: de revuelto de setas x2, de bacalao, de jamón con tomate x2, de lacon, de secreto x2, de ensaladilla x2. Nada destacable en ninguna de ellas aunque básicamente correctas.
Mucha gente y algunas mesas que se defendían a capa y espada. Posible mesas altas y de pié o en la barra con algún taburete. Lleno a reventar con rotaciones continuas, entre otros motivos, porque no puedes ni apoyar el abrigo.
El éxito el precio: por 39€ cenamos. Comprendes que la gente salga muchas noches a cenar (tapear) con amigos, pero no vuelves a las tantas, pesado de digestión ni con la cartera vacía y has estado más de una horita departiendo con los amigos y arreglando el mundo. Luego un tranquilo paseo de regreso o bien otra ronda para los más comilones.
El dueño gana poco por cliente, pero pasan un montón en cada comida. Es otra forma de entender la restauración.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.