Es un buen sitio para tomar un vino, una tapa o el menú. a la carta le faltan platos y en general hacen un trabajo muy bueno. Se aleja de ser un restaurante para ser un establecimiento más iinformal y bullicioso. volveremos.
Decidido a probar el tema de comer en lugar solo de vino y tapas. Lo malo es que las mesitas con taburetes (y si hay suerte banco de la pared) hace incómoda la estancia para comer. Tres para comer.
Nos sentamos y pedimos los vinos: moscato y pomarina sidra brut (curiosa sidra hecha como un cava brut) más la consabida agua de litro y pedimos la comida y claro, como es gratis, canapés mientras esperamos: de ensaladilla, de chorizo (alegre = picantito) de ibérico y vas haciendo tiempo.
Al centro una sarten de chipirones fogados sobre patatas fritas para no parar de mojar pan. Acabado el pan y la sarten al plato principal motivo de la comida: un costillar entero de cerdo (unas 9 costillas) con sus patatas y pimientos que precisó a mitad del costillar de darle un plus de calor porque la cantidad de carne y repelar las costillas lleva su tiempo y se enfría el resto. Se acompañó de tinto Cillar de Silos.
En vino tinto por copas (también blancos y cavas) hay unos pocos Riberas, unos pocos Riojas y unos pocos Somontano y Jumilla. No mucha opción. No llegamos al postre ni al café porque salimos de carretera.
Carta de comidas con varias opciones de entrantes incluso de cocina (croquetas,..), sartenes y cazuelas, tambien sección de ensaladas, varias carnes (espectacular el entrecot de la mesa de al lado), un par de pescados...Sensación de comida contundente. Lástima de espacio para las mesas porque permitiría muchas visitas, pues nos costó exactamente lo mismo las tapas que la comida.
Local que puedes ir a tomar vinos (0 cavas) y en la que te regalan las tapas de ensaladilla, tortita de camarones...que quieras y que el propio responsable te va ofreciendo constantemente.
Tomamos un Moscato, 2 Caprichos 2008 (mayoritariamente godello) del Bierzo muy interesante y buena madera y un Crápula de monastrell de Jumilla bien. Copas buenas, cumplidas, buena temperatura y comentadas.
Acabamos cenando los tres de tapeo con algo más sólido: un revuelto de morcilla allerana con piñones y pimientos del Bierzo que no estaban bien ensamblados y una extraordinaria sarten de setas (perrotxicos y boletus) con jamon ibérico, lo mejor. Son todas buenas raciones.
Puedes comentar y aprender de vinos con quien los sirve mientras tapeas.
Quedamos emplazados para comer sin ser de tapas porque apunta muy bien la cocina.