Menú de calidad

No es hoy un día en el que uno tenga demasiada hambre precisamente.
Pero cualquier excusa es buena y más cuando se trata de compartir un buen momento con amigos, porque hay gente que trabaja contigo y además hay otros que llegan a algo más y con los que no te importa compartir horas no laborables.
Este ha sido el caso, se termina el año y está bien despedirlo y qué mejor que hacerlo en torno a una mesa compartiendo buenos platos y un vino rico.
Ya lo he dicho en más de una ocasión, en este pueblo se complica elegir sitios y éste es, sin duda, una de las mejores opciones.
El local es pequeño, más o menos para unas 40 personas. La separación entre mesas es un poco reducida pero sin agobiar, buenos manteles, buena vajilla y cristalería correcta.
Las posibilidades de elección son cortas, no se puede pedir más, 3 ó 4 primeros, 2 ó 3 segundos y un par de buenos postres elaborados más las típicas frutas, helados o yogures.
Cesta de buen pan al centro, botella de Larrua 2011, ya bebido en más de una ocasión, correcto vino, muy fresco y afrutado, a temperatura ideal y con la típica "fresquera".
De primeros habíamos elegido los 4 una Crema de espárragos, yo al verla y comprobar que era demasiado líquida, he cambiado por unas Lentejas con arroz la verdad es que la crema olía a gloria y por lo que me han dicho estaba muy rica pero no me arrepiento de haber cambiado, las lentejas estaban en su justo punto, y hacía ya tiempo que no las comía.
De segundos unos se han tirado al Salmón plancha buena ración, jugoso, sabroso. Rico tenía que estar porque ni me han ofrecido. :-)
Yo he preferido una estupenda ración de Lomo de cerdo con pimientos rojos, tomate y patatas fritas tres tajadas de muy buen tamaño, tierno, nada del tipo "chicle" que te da cien vueltas en boca. Las patatas caseras, al igual que los pimientos. Muy bien.
De postres una Pantxineta con chocolate caliente y helado de nata, de las de chuparse los dedos y no dejar ni un pequeño recuerdo en el plato.
Cuajada natural con nueces no puedo yo con la cuajada pero por lo comprobado, debía de estar sabrosa.
Y un postre que tenía un nombre largo y que hoy, al estar a la conversación me he perdido y sólo recuerdo en parte: Una especie de flan sin serlo, con mermelada líquida de fresas, galleta crujiente y algo más que no he sabido descifrar. Estaba rico pero en nuestra opinión excesivamente dulce, pelín empalagoso. La presentación muy bonita, eso sí.
Unos cafecitos ricos y como el horario "empuja", nos vamos a rematar con unos txupitos a otro sitio que ya es hora.
Pues lo dicho, un buen restaurante con muchos años de andadura con el que Patxi ofrece una buena cocina a unos precios muy competitivos y en un ambiente relajado y nada bullicioso.
El servicio muy bueno. Tengo que ir a cenar un día y poder hablar de él desde otro punto de vista que siempre es más agradecido que un menú.