Caminando por el centro de Madrid, y después de un buen aperitivo a base de raciones y vinos en García de la Navarra, nos topamos con este local que enseguida me recordó el comentario de un familiar que frecuentaba un Txoko junto al Congreso en el que se comía muy bien. La curiosidad es muy mala, y entramos. Efectivamente el sitio debía ser este, tiene un local en planta baja con un cartel dorado a la puerta, "Txoko", y a fé que la gente lo debía estar pasando pipa, porque se oía un jaleo ensordecedor. Otro cartel indicaba la situación del restaurante en 1ª planta, en el que se nos recibe muy amablemente y se nos acomoda en una mesa de madera de aire rústico, muy acorde con las raíces del lugar, vestida con unos caminos grandes y de calidad. Vajilla, cubertería y cristal, también de nivel. El local tiene unas 15 mesas de diversos tamaños y algún salón privado, todo decorado con gusto, pintura y escultura vasca contemporánea, en conjunto todo muy agradable.
Enseguida se nos ofrecen unas sidras y unas gildas para abrir boca, todo muy bueno, en especial la piparra.
En carta había un par de menús a precio bastante ajustado, pero no quería perderme la tortilla de bacalao, por lo que me ofrecieron cambiar mi entrante de Alubias de Tolosa por la tortilla. Este punto concreto, que afectó a la factura, lo comentaré al final.
El menú se abría con una chistorra excelente, crujiente en su exterior y de textura delicada en su interior. Sabor potente y elegante. Posteriormente nos indicó el Jefe de Sala que tanto esta chistorra como otros preparados de carne, como los sacramentos de las alubias, se los sirve Kepa Loidi, un carnicero - artesano de Orio.
Continué con una tortilla de bacalao jugosa y de buen sabor, con un punto de huevo casi sin cuajar, que personalmente me gusta. Ante la pinta espectacular de las alubias, mi amigo pidió otra cuchara para no quedarme sin probarlas, y muy amablemente trajeron la cuchara junto con un elegante bol que contenía casi media ración. Si la tortilla estaba bien, las Alubias de Tolosa eran de notable alto. Punto exacto, suavidad y sabor, bien ligadas y con una guarnición, servida aparte, compuesta de berza, tocineta ibérica, morcilla y unas mini-piparras muy suaves. Un conjunto de mucho nivel.
Continuamos compartiendo un Txuletón de Vaca Vieja a la parrilla, excelente carne y con un punto exacto, aunque un poquito sobrada de sal gruesa en su exterior. Buena calidad y cantidad, pieza de aprox. 1,2 Kgs. para los dos.
Como postre compartimos una Tarta Fina al Sagardoz, bien ejecutada pero que no me emocionó.
La carta de vinos está muy centrada en vinos riojanos de calidad, con especial atención a Artadi, disponiendo de varias añadas del Pagos Viejos y El Pisón. Es bastante acertada una selección de otras D.O., con unas 20 referencias. De ella elegimos un Las Rocas de San Alejandro Viñas Viejas 09, una garnacha de Calatayud que nos pareció excelente para acompañar una comida potente como esta. Por lo demás, en tintos, la carta obvia las referencias internacionales exceptuando un proyecto del propietario en Mendoza. Unos pocos blancos, cavas y champagnes completan la carta, que también incluye la buena sidra Zapiain que probamos.
Para la sobremesa, una copa de pacharán Baines y para mí, chupito de un curioso aguardiente, Lamin Ura, de uva Hondarribi Zuri, muy bueno.
Agua mineral, dos cafés y un pan normalito redondearon una comida auténtica y de calidad.
Parece que el cambio citado de la tortilla de bacalao por las alubias ( y quizá el cambio del vino) les sirvió de excusa para facturar todo a precio de carta en lugar de aplicar el precio del menú (40 €/persona) más, por ejemplo, el vino aparte. El caso es que esto subió la cuenta en casi un 40%. Pudo ser un malentendido, aunque mi amigo y yo entendimos exactamente lo mismo. Procedí a pagar la factura presentada (150.82 €) y, a posteriori, le indiqué amablemente al Jefe de Sala nuestro malestar por lo ocurrido.
Este contratiempo no empaña una comida de nivel, pero lo penalizo en la calidad-precio ya que esta podía haber sido mucho mejor.
El resumen es fácil, cocina de raíces con producto de alta calidad en un entorno agradable.
Lo que sucede es que yo no concibo las alubias como algo solitario, cuando voy a comer alubias es total y absolutamente indispensable para mi acompañarlas de buenos "tropiezos" y ya lo de comerlas sin pan.... como que no entra en mis planes.
De todas maneras, las alubias sí que engordan, tu prueba a comerte cuatro mil calorías diarias en forma de alubias, por muy solitarias que las pongas y verás lo que te pasa. :-)
¡Hombre!. 4.000 calorías son muchas calorías, comas de lo que comas. Y si no lo quemas, pues a engordar, que de eso se bastante. Yo las hago y como siempre "viudas", pero tengo que reconocer que están mucho mejor, ¡qué mucho!, Muchíiiiiisimo mejor con tropiezos. Y
Ante todo, disculpad no haber contestado porque he subido el comentario y me he ido de comida, ya sabéis que las pre-Navidades son muy duras, jejeje...
Para mí, amigo, igual que para tí, son un manjar. Unas buenas alubias con su alma bien trabada y su acompañamiento (el que sea), son placer de dioses. Y las de Tolosa, se salen !!
Lo de la cuenta son gajes del oficio, a veces parezco nuevo...
Saludos
Tienes toda la razón, las alubias no engordan, pero es que los tropiezos estaban como para dárselos al vecino, esa tocineta debe marcar "picos" en los análisis, ahora los Sres. Doctores nos lo confirmarán...
Qué buena esa garnacha, qué clase !!!
Mira, con hambre no, porque había desayunado fuerte (dos veces), y habíamos tomado un aperitivo con unas buenas raciones de boquerones en vinagre y de chistorra (repetida luego en la comida). Yo es que soy pequeñito pero "resultón", jeje
Por lo que he visto en su web, es de la misma "casa madre" que los demás. Por el tipo de local, este parece de otro "corte", hay cierta diferencia con los comentados en Verema de Valencia, Zaragoza y Barcelona, así como con el de Madrid de la zona de Moncloa. No ví ni zona de barra ni ofrecen en carta esos menús de pintxos que se ven en la web. La concepción del local es únicamente de restaurante, en todos los aspectos.
A mí me pareció una dirección bastante correcta, pero, como siempre, estas cosas van en gustos...
Hombre, sabéis de sobra que yo no tengo que vender nada, pero os adjunto el enlace de la web con fotos del local de c/ Jovellanos, para que veas que nada tiene que ver con las Lizarran (con todos mis respetos, por supuesto)
http://www.sagardi.com/restaurantes/49/sagardi-en-euskal-etxea
Un abrazo
Cóm tragas, restaurantero de pro!
Esa garnachita bilbilitana está muy rica, sí señor.
Le das a todos los palos...haces bien..donde tengo que ir es GArcía de la NAvarra
Ya sabía yo que esa joyita la conocerías, malandrín !!!
Pues si me contestas rápido igual hay suerte, tengo allí mesa para tres el Martes 18 a las 14.30, si te apuntas echamos un mus, jeje
Garnachas aragonesas.... muuuuuchas..... jeje, otra cosa no, pero eso...
Y algunas madrileñas que me enseñan amigos como tú o como Luis Oliván (Pirineos), que están de morirse
Por cierto, hablando de sitios verdaderamente auténticos, he visto hacer Alubias de Tolosa en una "sozi" donostiarra con todo tipo de sacramentos, además de chorizo, morcilla y tocino, creo recordar que oreja, careta, etc.
En este de Madrid, como he comentado, acompañadas de tocineta ibérica cortada a máquina, muy fina, buena morcilla, berza y piparras muy buenas. Tú que eres experto, ¿qué opinas? ¿qué es mejor?
Todas las garnachas que tomamos en Zaragoza eran buenísimas, las de allí y la de aquí. Ahora tengo un vicio nuevo e inconfesable, las potentes garnachitas...
Imposible trabajo como a 26km de Madrid
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