Situado al lado del hospital de la seu d'urgell (en el centro), este pequeño restaurante lleva varios años incluido en la guia michelin. Es conveniente reservar, ya que suele llenarse, sobre todo a la hora de comer. La comida es tradicional de montaña, con platos de caza y los tipicos de la región (caracoles a la llauna, y cazuela de arroz de Urgell, etc.).
Es recomendable el menú diario (11 euros), que aunque no lo probamos, si pudimos ver como la mesa de al lado disfrutaba de el. Este menú, aunque con pocas opciones, es de platos abundantes y caseros, incluye postre y vino de la casa y por un precio de risa.

Nosotros nos pedimos de primero unos canelones caseros(pasables)y un trinxat (revuelto) de butifarra negra y cansalada (tocino), que estaba riquísimo. De segundo un entrecot y un rabo de buey estofado con setas (que estaba espectacular). En cuanto a postres, lo mejor es el flan de huevo casero.
El precio total incluye cafes y una botella de Castell del Remei Gotim bru. La carta de vinos en muy pobre, pero el vino estaba a un precio correcto y nos cambiaron las copas al pedirlo.