Es un valor seguro

Segunda visita a este local para disfrutar de nuevo de su menú de mediodía que consta de 3 primeros, 3 segundos y también 3 postres a escoger.

Para beber, me decidí por un vino tinto de Cádiz (Garum) servido en una buena copa. Volumen (unos 15 cL) generoso y por ella pagué 3,80 eur. Es de destacar que cuentan con grandes vinos por copas a un coste razonable (precios que no llegan al doble del coste real de la copa; creo que tienen un sistema de cierre al vacío de la botella que lo permite). El tinto, más que digno (Merlot, Syrah y Petit Verdot), acompañó bien la comida.

De primero, ensalada de pasta con salmón ahumado cortado grueso acompañada por lechuga, nueces y pepino. Muy fresca, ración abundante... el único pero, que la salsa (una mayonesa diría que tártara) no acompañaba mucho, pues era algo fuerte para mi gusto.

De segundo, cordero con patatas guisadas en rodajas y all i oli. No era la parte más noble del animal como es de esperar en un menú de 17,90 eur + bebida pero la ración también era abundante y las patatas estaban muy ricas.

Es un pecado ir a Marlen Tastets y no probar sus deliciosos quesos: tienen unos 15 de diferentes, a cual más rico. Me decidí por uno de la isla del Hierro (bastante bueno, algo suave pero con carácter), otro más fuerte que ahora mismo no recuerdo de donde era y, por último, el mejor de todos (una recomendación del dueño) que era uno de leche de cabra cruda (los otros dos también eran de leche cruda, más sabrosos que los de pasteurizada) del Pirineu de Lleida, cuya degustación ya merecía una visita al restaurante. La ración se cotizaba a 8,50 eur, uno más que el año pasado, pero se pagan con gusto.

De postre (los quesos era lo único que comí que no estaba incluido en el menú de 17,90 IVA inc) un helado de lima y menta. Muy fresco y buen colofón a la comida, tal vez con demasiado sabor a menta pero muy rico.

Para acabar, un café solo Illy (1,80 eur) servido en una buena taza pero con azúcar de sobre y sin algún acompañamiento, quizá el único punto débil de la visita.

Como dije en la crítica anterior, un local con un producto exquisito y en el que comer a la carta ha de ser un placer si dispones de un mínimo presupuesto (de todas maneras, por 45-50 eur te puedes dar un buen homenaje). Quesos y vinos memorables, buen trato, local acogedor con música bien escogida... ¿qué más se puede pedir)

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