Buen arroz, mal marisco

Junto al Castillo del Papa Luna, en el casco antiguo de Peñiscola, se sitúa este turístico restaurante recomendado por varias guías especializadas. De decoración clásica, tiene varias terrazas donde poder comer al aire libre. Esta especializado en pescados y mariscos. Probamos unos chipirones fritos y Ortigas de mar rebozadas para empezar. Todo estaba fresco y muy bueno. Como plato principal cogimos una paella con Langosta, que costaba 60 euros. No nos pareció cara, hasta que la probamos. Como podréis ver en la foto, el tamaño de la misma es algo justo (lo que ya nos advirtió el camarero), el arroz estaba impresionante, y los mejillones y almejas eran frescos. Pero las gambas y la Langosta, ya eran arena de otro costal. Aunque era evidente que no eran frescas, la langosta se dejaba comer, pero con las gambas el esfuerzo para degustarlas era mayor. En cuanto al vino, tenían como mucho unas 15 referencias en total, incluyendo algún cava (opción por la cual nos decantamos), a precios muy inflados y de calidades mediocres. Las copas de vidrio y diseño de tercera.
No os lo recomiendo.