Simplemente por levantar la vista en un día claro, y poder disfrutar de la grandeza del “Mont Blanc” , bien vale una visita a Chamonix, y si el tiempo acompaña, y es posible una excursión (en telecabina claro) a la “Aiguille du Midi”, desde donde poder plantarle cara a la montaña más alta de Europa, el viaje sin duda habrá colmado las expectativas de los más exigentes.
La Alta Saboya no solo son montañas y pistas de Ski, Saboya nos ofrece la posibilidad de saborear su gastronomía, una gastronomía basada principalmente en sus quesos, y de los que destacaríamos tres platos con marcado aire “savoyard”, “ La Raclette” quizás el plato más representativo de la zona, “La Fondue” , y un plato que aunque relativamente moderno no debemos olvidar, “ La Tartiflette”.
El esta ocasión el restaurante elegido “La Caleche” está situado en pleno centro de Chamonix, pero con el interior típico de los chalets de montaña saboyardos, con una cantidad impresionante de objetos antiguos adornando todas sus paredes, y hasta el último rincón.
En esta ocasión y para dos personas hemos elegido el “Menú du Marché” de 24,50€:
Hemos empezado con:
Crema de calabaza con emulsión de Ceps, muy buena.
Carpaccio de magret de Pato ahumado al aceite de nueces y piñones, también muy bueno y bien presentado.
Seguido de:
De postre:
Panna Cotta a la vainilla de Bourbon y coulis de fruta de la pasión.
Pastel helado de génépi con coulis de arándanos.
Y lohemos regado con:
Servicio atento, rápido y servicial.
Dos restaurantes gozan de nuestras preferencias en Chamonix, “La Caleche” y “Le Monchu”, y cada uno en su estilo bien merecen otra visita.
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Pastel helado de génépi
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Tartiflette de Reblochon de Saboya
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Carpaccio de magret de Pato