En una de las múltiples bahías que rodean a Sydney y donde llegan los ferrys justo en el muelle de atraque está este restaurante de playa que tiene una parte de restaurante, una parte de mesitas en terraza y otra parte de comida en raciones para tomarte sentado en el vecino parque de la ciudad en mesas de madera y contemplando la bahía con los rascacielos de Sydney al fondo. Esto último hicimos los tres, aún a costa de que así no te venden alcohol, pero españoles somos, y nos fuimos a por las cervezas que cogimos de la barra del comedor y nos las llevamos al parque.
Bebimos un par de Ginger Beer por error (pensábamos que eran cervezas light), una Pepsi, más las dos Peroni de la barra de atrás.
Comimos una ración de calamares y patatas muy abundantes, de fritura aceptable. Una especie de bocadillo (roll) de gambas peladas con ensalada y mahonesa y un roll de salmon ahumado correctos y una estupenda ración de salmón salvaje de Tasmania al grill que estaba muy sabroso y que fué lo mejor.
Hay que vigilar a las gaviotas y otros pájaros que están a la espera de lo que queda e incluso de robar si pueden. Una especie de mirlo se puso morado de salsa de tabasco.
Lo mejor el ambiente y paisaje.