Llevaba ya tiempo con ganas de visitar este restaurante.
Comentarios leidos me hacían pensar en una buena mariscada.
Pero los tiempos cambian, las cosas no son lo que eran y la oferta vista desde la calle nos ha hecho decantarnos por un menú de fin de semana que no tenía mala pinta.
El local está un tanto desfasado, la decoración de las de siempre, las mesas excesivamente juntas y la vajilla de las de platos de flores, de las de mi madre. La cubertería correcta y las copas de buen tamaño.
Es viernes y las cosas están como están y tan solo tres mesas, al menos no somos los últimos y podemos permitirnos el lujo de no tener prisa.
Menú de fin de semana a 27 euros cabeza con todo incluido.
Comenzamos con media docena de langostinos plancha, muy ricos, con ese punto de sal que me hacen chuparme los dedos una y otra vez con lo que la toallita con olor desagrable casi me sobra. Punto ideal de cocción, ni poco ni mucho.
Ración de..... mousse de.... a saber. Cuando uno se acostumbra a los foies ricos, luego le sacan estas cosas y como que..... pero los sibaritismos habrá que dejarlos a un lado. Para quitar el hambre, sin más.
Ración de jamón, rico. Sin ser de los que te enamoran, ni mucho menos.
Luego un hojaldre relleno de salsa de hongos, igual lo mejor de la cena. Rico, recién hecho. Con mucho sabor a hongos y además te los encuentras, no es que los imagines.
Ella de segundo ha pedido un rodaballo. Buena pieza, correcta, de unos... 400 gramos más o menos. Pero hemos echado de falta esos ajitos que le dan un toque especial. Correcto, sin más. Comparando con el del otro día, el de los Tamarises.... dios con un gitano.
Yo un entrecot con patatas fritas y un pimiento rojo. La carne estaba rica, yo prefiero el sabor de la carne "vieja", esta tenía el color de la ternera pero tenía sabor. Las patatas ricas, no de las congeladas. El pimiento pues un poco solitario pero se dejaba comer.
Oferta variada de postres.
Mi chica, que puede con todo se ha comido un flan casero con una bola de helado, yo como necesito mi dosis de cafeina, me pido un cafecito y mi ya inevitable copita de Px. El café correcto.
La camarera, muy simpática me ha dicho que su marido lo toma con cigarrillos de Tolosa. Como uno no puede aguantarse las ganas de probarlo todo, le he pedido que me traiga unos pocos.
Allí me vez a mi "untando" los cigarrillos en el Px. Curioso, parece que la galleta absorbe todo el alcohol y el cigarrilo sabe casi a licor puro.
Dos trozos de pan, de pan normalito, no recién hecho precisamente.
Para beber la oferta era un crianza pero nosotros, fieles a nuestros gustos hemos pedido un verdejo. Isabelino 2011. Pues eso, un verdejo fácil de beber, fresco, con nariz a frutas, buen paso en boca y nada especial.
En resumidas cuentas, correcto el servicio, correcta la cena. No desagrada la oferta pero no ir pensando en salir con emociones especiales.