En una terraza en el muelle que lleva a la Opera de Sydney, se ubica este restaurante junto a otros similares.
Buen servicio en mesas en terraza con estufas de farola.
Tres cubiertos con pan de buena calidad y su mantequilla correspondiente. Unos linguini de marisco sabrosos en racion abundante y curiosamente servidos envueltos en papel de cocina sacado del horno. Dos filetes de carne de canguro poco hechos en correcta ración y con una salsa de frutos rojos cuya acidez contrastaba con una extraordinaria carne, sabrosa y blanda como un solomillo. De postre y en racion más que abundante un tiramisú bien de dulce sin empalagar y una extraordinaria tarta (Chocolate Meri) de chocolate belga.
Para beber una Pepsi y una botella de Shiraz Mountadam 2008 (53 $AUS)de lo mejor que he probado en el viaje y que el presupuesto permitía.
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