En base a algunas recomendaciones, nos hemos acercado a Toledo a comer en Locum. Todo ha de vestirse un poco, por lo que hemos aprovechado antes para dar un paseo por esta ciudad de las 3 culturas. Ciudad siempre visitada por innumerables turistas; muchos de ellos extranjeros por su cercanía a Madrid; adolescentes italianos, jubilados orientales,...más culturas todavía.
El centro histórico de Toledo es un compendio de callejuelas, callejones y en uno de ellos, detrás de la catedral, en el callejón del Locum, se encuentra el restaurante del mismo nombre. Locum en latín quiere decir "el suplente"..traducido hablaríamos del "callejón del suplente"; aquí ya la imaginación nos puede llevar por múltiples, infinitos caminos...
Locum ocupa una corrala de tres alturas, la primera de ellas contiene la cocina, el baño, y la recepción con la barra; en los dos siguientes se encuentran los comedores, pero sin ningún tipo de pared; es decir todas las mesas dan prácticamente a la corrala.Paredes en tonos ocres claros, bastante luz natural, que aportaban calidez al ambiente.
Dijimos que íbamos con un niño, y nos colocaron en una mesa en un esquina de forma que el pequeño desplegar camiones, naves, gormitis, buen punto
Nos decidimos por el menú:
Aperitivo ensaladilla en una especie de crema liquida de muy buen sabor acompañado de huevas, servido en vaso y daba para unas cuantas cucharadas. Buen comienzo.
Entrantes.
Turrón de hígado de pato: el plato para mi más flojo...; no llegué a entender porque le han dado ese nombre de turrón...buenas laminas de pan tostado..pero algo falto de sabor el hígado.
Rápidamente esta primera impresión se mejora con un vieria con yema trufada y patata con avellana; muy buen tamaño la vieria, en su perfecto punto de plancha, con un pure de patata tremendamente ligero... parecía únicamente patata machacada. Mejorando..
Fideua con perdiz estofada, hongos y trufa..gran ejecución, buena combinación se sabores, y muy sutil en boca...Se mantiene el nivel.
Platos: Bacalao confitado con guiso meloso de potaje de vigilia...esto es como al revés; es decir el potaje de vigilia en el bacalao en lugar del bacalao en el potaje de vigilia. Pieza de bacalao de muy buen tamaño sobre ese potajes, espinacas, garbanzos, alubia blanca. Contundencia suavizada, y perfecto punto el del bacalao.
Rabo de toro con puré de coliflor y cebollino: Se presenta totalmente deshuesado, se ha utilizado moldes de aro para la presentación en forma de cilindro...Estaba realmente bueno, por poner un pero me parece un plato muy clásico e igual cabeza buscaba algo más distinto.
Postres:nos trajeron dos distintos, pero cortados por el mismo patrón sendos pasteles (Coulants) de chocolate y mazapán con helado. Nos gustó más y además bastante el segundo, aun siendo de mazapán no era excesivamente dulce.
Con los cafés 2 bombones para cada comensal de chocolate blanco, y negro.
La comida está muy cercana a la valoración de Muy buena, pero no llegó a ponerla, porque me faltó un punto de atrevimiento en los platos. Ratifico que se ha comido bastante bien, pero para ser justo con otras de mis valoraciones me quedó en el bien.
Lo que si destaca, esel precio 40€ (sin IVA) incluyendo agua y café. Se acompañó de una cerveza y una copa de vino tinto (no calificaremos el servicio del vino); quedando el precio final en 50€/persona que es una gran relación calidad-precio.
Servicio amable y paciente con mi hijo y con su padre cuando debe ir detrás del hijo.