Llámalo como quieras, pero con mayúsculas

Visita al nuevo local de Ricard Camarena en la semana de inauguración, tras haber visitado este pasado mes de Agosto su, también recientemente inaugurado, restaurante gastronómico.

Una propuesta encaminada a que el gran público se acerque y disfrute de su cocina, sin miedos escénicos. Con una decoración desenfadada y atractiva, paneles de pequeñas tablas de antiguas cajas de madera en paredes y en las mesas, y una buena cristalería y vajilla, propicia una actitud desenfadada, en un clima correcto, cálido, y cercano entre cocina, sala y cliente.

Un largo pasillo con mesas a ambos lados conduce a una zona cuadrada, junto a la cocina abierta, en la que nos ubicaron.

Un par de Martinis y optamos por la carta, en la que pudimos ver que figuraban entrantes y platos bien conocidos de Ricard y otros que, incluso, recordamos que seguían figurando en la carta de su nuevo restaurante gastronómico (el pastisset de aguardiente, boniato y foiegras - como snack -, o los excelentes buñuelos de bacalao).

Cuatro tipos de panes para elegir.

Comenzamos con el sashimi de atún en salazón con pimiento semiseco, acompañado de pequeños trozos de huevo duro y costrones de pan, que me trajo recuerdos de aquellas ensaladas clásicas de la infancia de atún con pimiento y huevo, tan entrañables. (12,50 €)

Ostra Guillardeau al ceviche, de buen calibre (3,50 € - unidad)

Nem vietnamita de salmón, queso tártaro y guindillas dulces, una composición bien conjuntada, con aire asiático y un resultado fresco y sabroso. (6,50 € - 2 unidades)

Ya conocíamos sus espectaculares buñuelos de bacalao, por lo que optamos por las croquetas de pollo a l’ast, perfectamente crujientes en su exterior y espectaculares en la boca. Un entrante estrella por su exquisita consecución. (8,50 € - 6 unidades)

Como plato principal, no dudamos en elegir su reconocido arroz de caracoles (sin caracoles. Quien ya lo haya probado antes, sabrá el motivo de la elección. Y quien no lo haya hecho aún, sólo puedo decirle que está perdiendo un tiempo precioso. (10 €)

Los postres elegidos fueron la piña al natural con lima y hierbabuena, servida en porciones cuadradas sobre un lecho de hielo; y la tarta “especial” de manzana, un acertado juego de texturas y temperaturas con la manzana en compota, el helado de vainilla y la perfecta tosta de hojaldre que sirve de base al plato. (5€ y 7,50 € respectivamente)

Elegimos un Mestizaje blanco 2011, último vino de Toni Sarrión –Mustiguillo-, con uva merseguera, autóctona, expresivo, fresco y persistente, en una carta de vinos variada y acorde al tipo de propuesta del local. Buena temperatura de servicio, cata y envinado de copas intermitente.

Esta opción de bistró de Ricard, grandísimo chef, cocinero humilde y discreto, en continua evolución, debe entenderse como una parte inseparable en el ensamblaje de las piezas que integran su propuesta: Restaurante marca, basado en la excelencia, donde desarrollar su creatividad; bistró desenfadado, centrado en la RCP; y bar en el Mercado Central, buscando la cercanía y simplicidad.

En este caso, se trata de un gastrobar, bistró, o como cada uno quiera llamarlo, pero eso sí, con mayúsculas. Donde miman la excelente calidad de la materia prima con la que trabajan, con unas elaboraciones sencillas, como era de esperar, y a unos precios muy competitivos.

Con un servicio en sala joven, atractivo, y correcto, consigue que la experiencia sea agradable y distendida. No es el restaurante gastronómico, imagen de Ricard, ni lo pretende, aunque comparte los mismos espacios de cocina; unidas, pero separadas; distintas manos, pero mismo criterio y calidad; con la dirección y el camino a seguir bien definido. Es, en definitiva, un local donde se puede comer magníficamente, por tan sólo 25/30 euros, platos fácilmente reconocibles, con raíces y producto de temporada.

El precio final es sin bebidas

  • Arroz de caracoles (sin caracoles)

    Arroz de caracoles (sin caracoles)

  • Nem vietnamita de salmón, queso tártaro y guindillas dulces

    Nem vietnamita de salmón, queso tártaro y guindillas dulces

  • Croquetas de pollo a l'ast

    Croquetas de pollo a l'ast

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