Restaurante bastante centrico.
El acceso se hace a través del bar, donde tomamos un par de cañas y donde se puede degustar una buena seleccion de tapas.
Segun entras al comedor te topas con la cocina, que esta abierta al publico y puedes ver a los cocineros en plena faena.
El comedor esta dividido en dos alturas, muy diafano y con una decoracion entre lo clasico y moderno.
Las mesas de madera estan bastante bien vestidas, vajilla y cuberteria correctas y cristaleria Schott.
De primeros para compartir pedimos esparragos trigueros en tempura con allioli y virutas de jamon 12€, ocho hermosos esparragos con muy buen punto de fritura y carpaccio de solomillo con parmesano 17,10€, buena calidad de la carne, aunque un pelin sosa, a lo que pusimos remedio añadiendo un poco mas de sal.
De segundos, presa iberica a la plancha 15,60€, dos buenos trozos y en su punto, acompañado de alguna salsa y patatas fritas y magret de pato con confitura de frutos del bosque 16€, quizas un poco pasado de punto y con demasiada salsa para nuestro gusto.
No nos quedó hambre para los postres.
En cuanto al vino, la carta está centrada casi exclusivamente en los vinos de Toro, como no podía ser de otra manera, eso si, precios bastante elevados para tener las bodegas a tan pocos kilometros.
Para la ocasion nos decantamos por Volvoreta 07 a 28,5€, servido perfecto de tª y dando a probar, las botellas las guardan en unas cavas climatizadas ubicadas en el propio comedor.
Terminamos con un cafe solo con hielo y un escoces.
Lugar mas que recomendable en el que he comido siempre que he visitado Toro.