En un rincón

En un rincón del casco histórico de esta ciudad se esconde este restaurante que sin ningún tipo de pretensión ofrece una cocina fácil y sin complicaciones, era sábado y optamos por el menú, tomamos un canelón de rustido de pato con bechamel de rusinyols (setas) y un risoto de boletus, los dos platos buenos y gustosos, de segundo optamos por unos sencillos boquerones a la andaluza, de postre helado de chocolate.
Vino blanco DO Cataluña, Flor d'Alba y agua
Dos cafés.
Servicio no profesional pero con ganas de agradar.
Es una opción para una comida sin pretensiones para después de pasear por el mercado que se celebra en la Plaza Major y por el coqueto núcleo histórico de la ciudad.